­El entonces fiscal anticorrupción Pedro Horrach y el juez instructor del caso Nóos, José Castro, se opusieron a que el rey don Juan Carlos y el entonces príncipe Felipe declarasen como testigos en el caso Nóos, como solicitó con insistencia Manuel González Peteers, el abogado del exsocio de Urdangarin Diego Torres. El pseudosindicato de funcionarios Manos Limpias, que ejerció la acusación popular, también intentó con tesón que Castro llamase a declarar a la princesa Corinna.

Diego Torres aportó a la causa sucesivas tandas de correos electrónicos para tratar de demostrar que la Casa Real estaba al tanto de todos los negocios y operaciones del entramado Nóos y que incluso don Juan Carlos había mediado para buscarle clientes.

Torres acusó en un recurso al rey Juan Carlos de apoyar, “buscar clientes” y avalar todas las actividades del Instituto Nóos, la entidad que desvió fondos públicos. Torres y su mujer se definieron como unos simples peones cuyo papel en los hechos era “insubstancial”, mientras que Iñaki Urdangarin fue el “gran controlador” y el “conseguidor” de todo, gracias a su pertenencia a la Familia Real. Torres, tras aludir a gestiones del anterior jefe del Estado para impulsar el proyecto “Ayre” (un segundo equipo de vela española en la Copa de América), se hacía la siguiente pregunta: “¿Y la Casa de Su Majestad el Rey (don Juan Carlos) no sabía nada y él tampoco?”.

Peteers solicitó después ante la sección primera en que se citasen como testigos para el juicio al ya Rey emérito y a Felipe VI, pero su estrategia no prosperó.

Ni Castro, Horrach o las magistradas de la sección primera de la Audiencia vieron necesarias esas testificales cuando el papel de ambos monarcas era meramente tangencial.

Torres también implicó a Corinna en el caso y aportó correos y documentos que acreditaban su participación en uno de los foros organizados por Urdangarin en Valencia (2004) y sus gestiones para que éste fuera colocado en la Fundación Laureus, pero los investigadores también estimaron ociosa su citación como testigo y menos su imputación.