Los 629 inmigrantes rescatados por el Aquarius y desembarcados en el puerto de Valencia el pasado 17 de junio no marcarán un antes y un después.

Aquel suceso provocó que el entonces recién estrenado Gobierno de Pedro Sánchez concediera a los inmigrantes un permiso de entrada extraordinario de 45 días por razones humanitarias. Este aperturismo tuvo continuidad dos semanas con otras 60 personas rescatadas por el Open Arms. Pero España ha vuelto a echar el candado.

El Gobierno considera que este tipo de llegadas se han convertido en un fenómeno que se repite con cierta regularidad, por lo que ha decidido volver a aplicar la Ley de Extranjería. Es decir, el internamiento en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) mientras solicitan una improbable petición de asilo en España.

Aquel efímero aperturismo arrancó cuando España se ofreció a acoger a los inmigrantes del Aquarius a los que Italia había vetado la entrada. El verano ha sido prolífico en rescates, por lo que el Gobierno ha dado marcha atrás.