Cuando quedan doce días para que se cumplan cinco años de su ingreso en prisión tras ser condenada por corrupción, Maria Antònia Munar podrá disfrutar de su primer permiso de salida. Será un periodo breve de libertad, apenas tres días, y con restricciones, pues cada jornada tendrá que presentarse en una comisaría y no podrá salir de Mallorca. Aún así, tras más de 1.500 días seguidos viviendo entre rejas, podrá volver a disfrutar de la libertad.

Este permiso lo ha otorgado la Audiencia de Palma en contra del criterio, no solo de la Junta de Tratamiento de la prisión de Palma, sino incluso del juez de vigilancia penitenciaria, Francisco Martínez Espinosa.

En el historial delictivo de Maria Antònia Munar pesan seis sentencias condenatorias, todas ellas relacionadas con su actividad al frente de la presidencia del Consell de Mallorca. Las penas a las que ha sido condenada suman un total de catorce años, de los que ni siquiera lleva cumplidos la mitad. Hasta el año 2027 no habrá saldado sus cuentas con la Justicia. En los últimos años Munar había solicitado permisos de salida, pero siempre había recibido una negativa por respuesta. Había varias razones para no dejarla salir, pero la principal era que todavía le quedaban causas pendientes.

Sin embargo, a final del año pasado esta situación cambió. Munar se confesó culpable de los dos últimos juicios, todos ellos por corrupción, que le quedaban pendientes. Asumió su culpa y afrontó el pago del dinero que se le exigió, puesto que ninguna de estas dos condenas le suponían estar un día más en la cárcel. Pactó los juicios para, precisamente, tener derecho cuando antes a sus primeros permisos. Sin embargo, ha tardado más de ocho meses en conseguir su principal objetivo y no ha sido fácil. Ante la oposición del juez de vigilancia penitenciaria, su abogado Gaspar Oliver ha tenido que convencer a los magistrados de la Audiencia de que en el caso de Munar se daban todas las condiciones para que pudiera disfrutar de sus primeras salidas.

Uno de los principales argumentos que utilizó el juez de vigilancia para oponerse al permiso de salida es que hasta el año 2024 Munar no habría cumplido las tres cuartas partes de la condena y no era partidario de dejarla salir de prisión hasta dos años antes de alcanzar esta fecha.

El juez, sin olvidar la gravedad de los delitos que había cometido y el cargo político que había representado, entendía que conceder un permiso antes de esta fecha podría ser interpretado por la interna como un estímulo para eludir el cumplimiento de la condena, precisamente por la perspectiva de que todavía le quedaban muchos años por cumplir. Es decir, el juez no le hubiera permitido salir de la cárcel hasta el año 2022.

Aunque hasta ahora la Audiencia de Palma ha venido respaldando todas las decisiones del juez de vigilancia, esta vez no lo ha hecho. El tribunal ha tenido en cuenta varios factores para entender que la interna ya puede ir disfrutando de sus primeras salidas. Dejando al margen la alarma social que provocó su comportamiento, el tribunal ha valorado de forma especial,no solo su educado comportamiento en prisión, sino su cambio de actitud, puesto que ahora ya reconoce que cometió graves delitosaprovechándose de su cargo político.

El tribunal no quiere correr ningún riesgo y aunque la posibilidad de que Maria Antònia Munar pueda huir aprovechando estos tres días en libertad es mínima, se le van a limitar sus movimientos. Aunque pidió más días de permiso, su primera salida se limitará a un periodo de tres días. A diario tendrá que presentarse bien ante una comisaría de Policía o ante un puesto de la Guardia Civil. No podrá salir de Mallorca y la tutela de la reclusa será ejercida por su marido, que tendrá que recogerla en la cárcel y acompañarla de nuevo tres días más tarde.

En principio, no será esta semana cuando la expresidenta del Consell de Mallorca disfrute de este permiso. Será a partir de la próxima semana. En cualquier caso será la primera vez que podrá salir de prisión sin la necesidad de viajar en un vehículo policial, como hasta ahora.