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El imperio comercial de Mallorca en Francia

La investigación de un marsellés descendiente de sollerics cifra en más de 1.100 los comercios regentados por emigrantes mallorquines en Francia, repartidos en más de 300 localidades

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El imperio comercial de Mallorca en Francia

Las historias de mallorquines, en su gran mayoría procedentes de Sóller, Fornalutx o SóllerFornalutxDeià, emigrados a Francia durante las primeras décadas del siglo XX se cuentan por cientos. Sin embargo, más desconocida es la dimensión de su actividad económica en el país vecino. Hasta ahora.

Los mallorquines emigrados a Francia no se limitaron a asumir el papel de mano de obra, sino que en la búsqueda de oportunidades en territorio galo un importante número de elllos llegaron a desarollar todo un imperio comercial repartido por todo el país. Más de 1.100 comercios.

Así lo saca a la luz la investigación llevada a cabo por el marsellés y descendiente de mallorquines Fredéric Armand a través de la búsqueda en archivos oficiales, documentales y testimonios directos, que ha traducido en una amplia y detallada base de datos en las que se documentan por ahora más de 1.100 comercios y que se encuentra en constante actualización. Una cifra que permite, por primera vez, aproximarse a la dimensión de la actividad comercial de los mallorquines emigrados a Francia en el siglo XX.

Para hacerse una idea del volumen que representan esos más de 1.000 establecimientos regentados por mallorquines, una gran distribuidora de alimentación como es Carrefour no alcanza todavía esa cifra hoy en España. Para mantener la comparativa en el país galo, si bien la multinacional francesa supera ampliamente esa cifra, populares cadenas de supermercados como Leclerc o Súper U se mueven hoy en los 1.122 y en los 1.575 establecimientos, respectivamente. De modo que los más de los 1.100 comercios en la primera mitad del siglo pasado permite hablar de todo un imperio comercial en manos de emigrantes de la isla en Francia.

El amplio trabajo de Fredéric Armand detalla el nombre del propietario, el año en que puso en marcha su negocio, la ciudad y su dirección exacta, así como el tipo de negocio. Los 1.100 comercios documentados en esta investigación se reparten en hasta 303 localidades francesas. Desde Marsella, en el sur, hasta Dunkerque en el extremo norte del país. Precisamente, la ciudad mediterránea, que fue la puerta de entrada a los miles de mallorquines que emigraron en esos años, es la localidad donde se concentran más negocios mallorquines: más de un centenar. Concretamente, 106 según la última actualización. Le sigue el valle del Ródano, especialmente Lyon, con 39 comercios. Le Creusot (23), Nancy (20) o la recientemente conectada por ferry con Alcúdia, Toulon (20), son otras localidades destacadas.

En su inmensa mayoría, según queda reflejado, los comercios abiertos entre 1900 y 1950 se dedicaban a la alimentación, especialmente frutas, vinos y licores. A parte de éstos, también se contabilizan numerosos restaurantes. Más allá, alguna librería, estanco o textil, pero de manera más aislada.

Base de la cadena migratoria

Sobre esta amplia base comercial se desarrolló la emigración de mallorquines en Francia. Así lo destaca el catedrático en Historia Contemporánea de la Universitat de les Illes Balears (UIB Sebastià Serra, para quien los datos de esa actividad económica no deben sorprender. "Los mallorquines que montaban sus comercios luego se llevaban gente de aquí a trabajar con ellos. Funcionaba como una cadena migratoria", explica. Es decir: esta actividad comercial actuó como factor multiplicador de los mallorquines que emigraron en esas décadas al país vecino.

Se estima en más de 2.000 los mallorquines que se desplazaron a Francia, 1.500 sollerics. Algunos cálculos cifran que en las primeras décadas del siglo XX, en el caso del municipio de Sóller, emigró un 20 por ciento de su población.

De hecho, así se desprende también de los propietarios que regentaban los comercios según la investigación de Fredéric Armand, en la que destacan principalmente mallorquines originarios de Sóller y Fornalutx. También aparece municipios más allá de la Serra, como Binissalmen o Lloseta.

"Es un fenómeno muy singular que se explica principalmente por el Puerto de Sóller y por la recuperación que vive Francia después de la primera Guerra Mundial", señala Sebastià Serra. Tanto la tipología de los negocios, basados en la alimentación, como la localización de los mismos que reflejan los datos recopiladors por Armand también encajan perfectamente en cómo se desarrolló la inmigración. "Algunos tenían sus huertos y se dedicaban a la exportación de la naranja. Llegaban al puerto de Marsella y se instalaban ahí, pero puedes encontrar comercios de mallorquines desde Marsella hasta Normandía", observa el catedrádico.

La lista irá a más

Precisamente, al puerto de Marsella es donde llegaron en 1905 los bisabuelos y la abuela de Fredéric Armand. La familia Frontera Castanyer se instaló en la ciudad y regentaron durante años un restaurante en la ciudad. Armand, ingeniero industrial ahora retirado, empezó con su investigación y recolección de datos hace dos años: "Ha habido un gran trabajo. Encontré una primera base de datos con poco más de cien comercios y decidí completarla. He acudido a registros de la administración, a prensa antigua de la Biblioteca Nacional y archivos como postales que he podido encontrar y que me han permitido ir completando esa lista", detalla su laboriosa búsqueda Armand. Y el marsellés avisa: "Queda mucho trabajo, está muy completa, pero sigo encontrando nuevos comercios. Faltan sobre todo muchos comercios de Marsella". Así que el listado seguro irá a más.

Pese a que ha llegado a sobrevivir alguno de estos comercios hasta fechas recientes, la mayoría fueron cerrando con el paso de las décadas. Muchos, según queda reflejado en la investigación de Armand, entre la década de los 50 y de los 60. El retorno a Mallorca con su jubilación y la cualificación de las siguientes generaciones, que abandonaron la actividad comercial, propició su ocaso con el tiempo.

Armand trabaja ahora en documentar toda la historia de los mallorquines llegados a Marsella, "muy olvidada". "En Marsella hay mucha memoria sobre la inmigración, pero sobretodo de la italiana y la argelina, pero se suele olvidar toda la inmigración de Mallorca", lamenta el descendiente de solleric. "Siempre he sabido que era descendiente de inmigrantes españoles, pero hasta hace unos años no supe que eran mallorquines", confiesa el francés. De momento, la curiosidad de este marsellés descendiente de mallorquines ha permitido conocer con todo detalle la expansión del imperio comercial de los mallorquines emigrados a Francia.

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