Enrique Molina, el director de la estrategia de defensa de Cursach, volvió ayer a reclamar la libertad de su cliente y lo hizo ante un tribunal de la Audiencia. Defendió el escrito por el que pedía la libertad, que le fue denegada por el juez Penalva. Molina denunció que no se puede tener en prisión a una persona por ser rica y mantuvo que su cliente no tiene posibilidad alguna de influir en la investigación, ni tampoco en los testigos. El fiscal Juan Carrau, en cambio, se opone a esta propuesta y pide que Cursach siga preso.