Los grupos ecologistas GOB y Terraferida han votado en contra del reparto de la ecotasa propuesto por el Govern y que en este segundo año copan los proyectos de compra y rehabilitación de fincas públicas . Los ecologistas han sido los únicos posicionamientos negativos a la propuesta de Turismo que ha contado con el apoyo del resto de representantes de la Comisión de Turismo Sostenible a excepción de la Pimem y uno de los representantes de la Federación de Municipios (Felib), que se han abstenido. GOB y Terraferida han denunciado, como ya hicieron el año pasado que, con el reparto propuesto, "el impuesto turístico no es finalista", sino que "sólo busca tapar deficiencias en los presupuestos".

El portavoz de las entidades ecologistas, el geógrafo Macià Blázquez, ha lamentado al salir de la reunión donde se ha aprobado el reparto que el impuesto "no busca reducir la carga medioambiental", cuando, ha señalado, "la finalidad debería ir dirigida a la sostenibilidad".

Los ecologistas también se han quejado de proyectos concretos como la central de desnitrificación de agua de Menorca, por entender que se trata de un aumento de las infraestructuras para hacer frente a la presión del turismo, y han mostrado su malestar en redes a la financiación del proyecto de Escuela de Hostelería en Eivissa. "Se la han cargado", ha valorado Terraferida la ecotasa en su perfil de Twitter.

La consellera de Hacienda, Catalina Cladera, ha respondido a las críticas de los ecologistas insistiendo en que "el impuesto es finalista" y que "muchos proyectos", entre los que ha citado la compra de la finca de Es Canons o el plan de fomento de la movilidad eléctrica, "no se podrían hacer sin este impuesto".