Los constructores vaticinan una inminente crisis en su sector coincidiendo con el momento en el que también registran las mayores inversiones de los últimos años, especialmente notables en el caso de las reformas hoteleras. Pero precisamente tanto empresarios del ladrillo como de alojamiento coinciden en un punto: el boom boomde estas actuaciones de modernización de la planta de alojamiento está a punto de llegar a su fin.
Durante los cinco primeros meses de este año, la inversión privada en la construcción ha alcanzado en Mallorca los 322 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 24,9% respecto al mismo periodo de 2016, según los datos facilitados por el presidente de su patronal balear, Eduardo López. Este repunte es superior al que se da en el conjunto de Balears, cifrado en un 15,8%.
La edificación de vivienda es el principal motor de este sector. La inversión residencial alcanza en la isla durante esos cinco primeros meses del año un valor de 220,3 millones de euros, con un incremento del 22,4%, también por encima de la media balear, del 19,8%.
Eduardo López pone de relieve la fortaleza que en este apartado presenta la construcción de viviendas unifamiliares, frente a la debilidad que todavía registran los proyectos plurifamiliares, pese a que éstos últimos también muestran una evolución positiva.
Precisamente el peso que los chalés tienen en este apartado preocupa a presidente de los constructores ante el previsible descenso en el número de proyectos debido a la paralización de nuevas licencias que a partir de este mes se va a dar en las urbanizaciones sin alcantarillado.
Eduardo López no oculta que la dotación de la citada red es una competencia que corresponde a cada Ayuntamiento, pero reprocha al Govern que no haya ayudado a financiar estas obras a través de un impuesto finalista como es el canon de saneamiento, especialmente si se tiene en cuenta la escasez de recursos económicos alegada por algunos Consistorios.
La inversión en obras turísticas entre enero y mayo alcanza en la isla los 85,2 millones de euros, con un aumento del 38,1%. Es aquí donde aparece la mayor distancia con la media balear cuya subida en este apartado se limita a un 7,6% debido al fuerte recorte detectado ya en Eivissa.
Canto del cisne
Este crecimiento, según Eduardo López supone un 'canto del cisne', por cuanto se vaticina una fuerte caída a partir del verano del próximo año, al concluir algunas de las ventajas que se asignaban en la Ley Delgado a los establecimientos que aumentaban su categoría.
Desde el sector hotelero se coincide con ese diagnóstico, y se recuerda que durante los últimos meses han entrado en la conselleria de Turismo una avalancha de peticiones de licencias para el desarrollo de estas reformas antes de que concluyera el citado plazo durante el pasado mes de julio. Según se indica, eso supone que durante este próximo invierno se van a desarrollar muchísimas actuaciones para la mejora de las instalaciones de alojamiento, para a partir de ahí registrarse un previsible frenazo, dado que "el hotelero que quería mejorar su establecimiento, ya lo ha hecho".
Los constructores señalan el caso de Eivissa como la prueba más evidente de que este boom de reformas hoteleras toca a su fin: durante los cinco primeros meses de este año el valor de estas inversiones en la isla pitiusa ha sido de 13,5 millones de euros, con una caída del 63,6% respecto al mismo periodo de 2016.
En cualquier caso, no se oculta que el punto álgido de esta inyección económica para el sector se produjo en un momento de dura crisis en el mercado de la vivienda, lo que supuso un bote salvavidas al que se agarraron muchas constructoras isleñas.
Finalmente, la inversión en edificación no residencial se ha incrementado solo un 2,7% en Mallorca, hasta alcanzar los 16,8 millones de euros. En este apartado se recuerda que en Mallorca se ha aplicado una moratoria que ha impedido la apertura de nuevos establecimientos comerciales de más de 700 metros cuadrados.