El nuevo código ético para los altos cargos del Govern prohíbe expresamente el uso de coches oficiales para asistir a actos o reuniones de partido y mucho menos para actividades de carácter personal. Se ha acabado el utilizar el vehículo público para asistir a un mitin, como han hecho infinidad de cargos políticos de nuestra comunidad a lo largo de la historia reciente de la autonomía. "Ahora ya no se puede utilizar el coche oficial para actos de partido. Es más, en caso de que ocurra la comisión de seguimiento del pacto puede abrir diligencias contra este alto cargo", explicó el director general de Transparencia, Miquel Gallardo.

El artículo 4 del código ético, relativo a comportamientos austeros y sosteniblescomportamientos austerosy sostenibles define con todo detalle cuál debe ser la utilización de los medios públicos de que disponen los altos cargos, principalmente presidentes, consellers y directores generales. "En ningún caso -reza el artículo 4 del código ético- se pueden utilizar los medios públicos para usos o para desplazamientos destinados a asistir a actos, reuniones derivados de su participación como miembro de un partido político, un sindicato o una organización profesional. El coche oficial se puede utilizar exclusivamente por motivos relacionados con la responsabilidad, las funciones y las finalidades del cargo".

Si bien es cierto que en las últimas legislaturas los altos cargos del Govern se han moderado en el uso del coche oficial, este código ético por primera vez los prohíbe de forma expresa. Son numerosos los casos de que un president del Govern, en plena campaña, aprovechaba que venía de un acto oficial para reunirse con sus militantes o asistir a un mitin de su partido con vehículo público.

De igual modo, también ha habido casos donde el coche oficial se encargaba de transportar hasta el colegio a los hijos del alto cargo de turno. Por no decir para ir a la peluquería, al médico o al gimnasio, entre otras actividades de carácter puramente privado.

Junto a las sedes de los partidos políticos, especialmente en la del PP por su ubicación más céntrica, se han podido observar en numerosas ocasiones y en legislaturas pasadas los coches de consellers aparcados mientras el alto cargo está intentando dirimir cuestiones de su partido.

Miquel Gallardo indicó que la comisión encargada de velar por el cumplimiento del código ético podrá actual de oficio. En caso que se observe una conducta que vulnere el código, ya sea por una denuncia de alguien o al ser publicada en los medios de comunicación, se podrán abrir diligencias. Hay que recordar que el incumplimiento del código ético puede acarrear que se proponga a su máximo superior la destitución del político infractor.

En total, el código ético lo tendrán que acatar unas 150 personas que están en el máximo nivel de la Presidencia y de las diferentes conselleries del Ejecutivo. Estamos hablando de presidentes del Govern o de los Consells, consellers, directores generales o secretarios técnicos y gerentes y directores de entes públicos.

La totalidad de directores generales, presidentes y consellers del actual Govern ya han firmado su adhesión al código ético. Fruto de ello es la estricta fiscalización que se ha puesto en marcha, y que puede consultarse en la web de cada conselleria, de los regalos recibidos por los altos cargos, desplazamientos o los gastos de viajes o comidas. Este reglamento permite como máximo gastarse 30 euros por comida.