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Soldados mallorquines

Misión de riesgo en el corazón de África

Una unidad del destacamento de infantería Palma 47 ha participado hasta ayer en una misión en la República Centroafricana, donde tuvo que repeler algún ataque de insurgentes y evacuar a población civil de la UE

Misión de riesgo en el corazón de África

Los militares del Regimiento de infantería Palma 47 de la Comandancia General de Balears han tenido un protagonismo crucial en la misión internacional desplegada por la Unión Europea en el devastado país de la República Centroafricana, sumido en una cruenta guerra civil. Ha sido una misión de riesgo que para los militares isleños culminó ayer, con notable éxito. Tuvieron incluso que hacer frente a los ataques de los insurgentes locales y asumir la evacuación de personal de la embajada europea de la zona de conflicto de la capital, Bangui, "una ciudad sin ley", relatan los protagonistas de la misión.

La Comandancia General de Balears lleva dos décadas participando en misiones internacionales para conseguir la paz en los países más conflictivos de todo el mundo. Desde Bosnia, pasando por Kosovo, Afganistán y ahora la República Centroafricana han contado con la misión de paz de los soldados destacados en el acuartelamiento Jaime II.

El grupo de militares del regimiento mallorquín tenía encomendada la misión de escolta y apoyo a un equipo de asesores que había viajado al país africano para ayudarles a tomar el control de la seguridad en la capital, Bangui. No obstante, en algunos momentos tuvieron que exhibir sus destrezas militares para proteger al personal civil. Para ellos ha sido toda una experiencia poder convivir en un país con una cultura y unas costumbres radicalmente diferentes a las nuestras.

El brigada Alfredo Pla, el sargento primero David García Justo, el cabo primero David Fortes y el cabo David Recio nos relatan sus experiencias en la misión y algunas anécdotas curiosas que les sucedieron en un país sin control. Fueron elegidos por una serie de cometidos, como es el caso de su conocimiento del francés y porque reunían las condiciones sanitarias adecuadas para poder viajar a un país africano.

Los militares destacados en Palma llegaron a la República Centroafricana en noviembre del pasado año. Allí se integraron en la misión denominada EUMAM (RCA), donde había fuerzas armadas de Francia, Portugal, Austria, Rumania, Moldavia, Suecia, Polonia, Holanda, Georgia y Serbia. "Nuestra misión -relata el brigada Pla- era la de escoltar y apoyar al grupo de asesores que estaban en Bangui para ayudar a las autoridades locales a restablecer el orden. Hay que tener en cuenta que en el país no había ejército y ninguna tutela para intentar volver a la normalidad". Pla, que era el encargado de las gestiones administrativas, apunta que la República Centroafricana, pese a llevar años en guerra, no estaba especialmente destruida. "Había algunos edificios dañados, pero también hay que tener en cuenta que nosotros estábamos en la capital, seguro que en otras zonas había más destrucción".

Ambiente de hostilidad

El comando isleño, integrado por 19 personas del Regimiento de Infantería Palma 47, era el que contaba con dos vehículos blindados. El sargento primero David García Justo comenta que vivieron situaciones de riesgo y se notaba que había un ambiente de hostilidad por las calles de Bangui: "Nuestro cometido era el de reconocimiento de las rutas con antelación a que fueran los asesores de la Unión Europea. En una ocasión tuvimos que responder a los ataques de un grupo insurgente que había montado barricadas en nuestro recorrido , al final todo salió bien y no tuvimos que lamentar ningún herido".

Evacuación de la embajada

Los militares destacados en Palma tuvieron un papel esencial en unos días de gran conflicto y de caos general en la capital de la República Centroafricana. Fue cuando la presidenta del país, Catherine Samba-Panza, estaba fuera de la capital y hubo un intento de golpe de Estado.

"El ejército francés empezó a desplegar helicópteros para proteger la embajada y los destacamentos de la Unión Europea", relata el brigada Pla. El sargento primero García Justo añade: "Nuestros vehículos eran los únicos blindados en aquel momento y nos encargamos de evacuar hacia el aeropuerto a todo el personal civil, básicamente funcionarios, para evitar que fueran atacados".

Esta acción les valió una condecoración por parte de la Alta Representante de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini. La unidad mallorquina llevó todo el peso de la organización de la evacuación. Un total de 20 personas entre diplomáticos, miembros de ONG y empresarios, de la delegación de la UE en ese país, fueron puestos a salvo con éxito por los militares españoles. Se vivieron los momentos de máxima tensión de la misión, ya que la instalación europea era asediada por combates entre la milicias rivales.

Una vez consiguieron poner a salvo a todo el personal civil, los funcionarios e integrantes de ONGs que trabajaban en la ayuda humanitaria en la República Centroafricana quisieron agradecer a los soldados destacados en Mallorca su trabajo. Se fotografiaron todos juntos, como puede verse en este reportaje.

Anécdotas y experiencias

Los integrantes del Regimiento de Infantería Palma 47 vivieron anécdotas y experiencias que recordarán a lo largo de su vida. Una de ellas, que explica el cabo Recio, tirador de uno de los vehículos blindados, demuestra el caos reinante y la falta de seguridad que hay en el país africano: "A escasos metros de nosotros un taxi atropelló a una mujer y ni tan siquiera se paró para saber cómo estaba. Nosotros intentamos reanimarla practicándole los primeros auxilios. Tuvimos mucho cuidado en no moverla para no dañarle alguna de sus extremidades".

Sin embargo, la sorpresa fue mayúscula cuando llegaron los servicios sanitarios centroafricanos. "Cuando llegó la ambulancia -añade Recio- resultó que era una furgoneta, la cogieron sin ningún tipo de cuidado y la metieron en la parte de atrás. Nos quedamos aterrados solo de pensar el cuidado médico que podía recibir aquella señora".

El cabo primero David Fortes recuerda cómo los niños africanos eran felices construyéndose ellos mismo los juguetes con varios palos. "Se lo conté a mis hijos para que se dieran cuenta de lo privilegiados que son". También pudieron comprobar como el fútbol no tiene fronteras. Cuando veían a los militares con la bandera española rápidamente los asociaban a los éxitos del fútbol español, especialmente al Madrid y al Barcelona. Les preguntaban por Messi, Ronaldo o Iniesta.

En la capital solo había dos supermercados para comprar los enseres básicos, y un único banco para poder realizar gestiones. La población local compraba en los mercados que había en la calle, con grandes cantidades de carne al sol que reunía escasas condiciones sanitarias para ser consumida.

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