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En contra

Carlos García-Delgado: "Hay que derribar los cubos de Calatrava, son una afrenta"

Carlos García-Delgado (Calatayud, 1944) es arquitecto en activo en Mallorca, doctor Ingeniero Industrial con ´Teoría de la Invención´ y profesor universitario...

Carlos García-Delgado, arquitecto, doctor ingeniero industrial.

-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿El resultado de las elecciones

-No. Aunque las encuestas dijeran otra cosa, hay motivos para que ganara uno u otro. La masa está sometida a fluctuaciones que dependen de acontecimientos mínimos. Tiene una opción hoy y, en quince días, oscila un diez por ciento. Por eso los referéndum necesitan un margen de seguridad, que no baste con la mitad.

-Descolgamos el teléfono y se nos cuela una conversación que nos afecta.

-Lo cuento en Así fue. He reunido escenas inexplicables desde mi educación cartesiana y racional. Claro que tampoco sabíamos por qué, al soltar una piedra, caía al suelo.

-¿´Así fue´ se refiere a las coincidencias numéricas en fechas históricas como el 11-S?

-No me creo esas relaciones numéricas. Solo explico objetivamente cosas insólitas que me han pasado. Konrad Lorentz era más importante que Einstein, porque sostenía que el conocimiento no pasa por la pantallita de la consciencia. De ahí el subtítulo, "Relatos del sin porqué".

-Moraleja: Siempre hay una gaviota dispuesta a devorar al bicho al que acabamos de salvar la vida.

-No tengo pretensiones morales, ni creo que hacer el bien salga siempre bien. El borino del relato está correctamente salvado. Si después viene la gaviota y se lo come, mala tarde.

-¿La creatividad se entrena?

-Por supuesto, y en mi tesis planteo técnicas ancestrales para entrenarla. Por ejemplo, la desconexión parcial de la consciencia es clave para ser creativo. Como decía Hemingway, "calla, la palabra anula el instinto". Según Dante, las ideas creativas llueven, ocurren por su cuenta.

-En realidad, quería preguntarle por sa Feixina.

-Para mí es un caso de lo más sencillo. Respeto que usted tire algo al suelo porque es una porquería, se halla en un sitio inadecuado o molesta. Pero no porque lo inaugurara Franco o porque no es cristiano. Derribar el monumento de sa Feixina me parece primitivo.

-Franco no lo derribaría.

-No es un argumento, me da igual lo que hiciera Franco. El arquitecto Roca es de los cinco mejores de la historia de Mallorca. Se entretuvo en sa Feixina con una maqueta de rascacielos americano, que como composición no me parece mal.

-Entonces, ¿qué hay que derribar?

-Lo primero a derribar es el objetoide encima de la Muralla. Los cubos de Calatrava son una afrenta a la ciudad y una humillación. Cada vez que paso por allí me siento vejado, no conozco a una sola persona que le guste.

-¿Un arquitecto puede enamorarse de su clienta?

-Puede, arriesgándose a que la clienta lo despida como sucede en el cuento. Tienes más peligro de equivocarte si estás enamorado de la propietaria de la casa. Pero el amor es una fuente de inspiración en la creatividad.

-Igual que el desamor.

-También es estimulante, porque te remueve. La definición de memoria no es estática, como desean quienes la igualan a un ordenador. Los estados extremos como el enamoramiento o el abandono amoroso dan recombinaciones insospechadas.

-¿Se atrevería a tomar cada decisión lanzando los dados con las opciones posibles?

-Procuro ser ordenado, pero hay variables no susceptibles de ser medidas. Cuando los aeropuertos todavía eran agradables, suponía una buena noticia que el avión tuviera una hora de retraso para leer o descansar en un restaurante. Antes de los móviles.

-¿Por qué no se atrevió a firmar su superventas ´Queridos mallorquines´?

-Lo firmé en la tapa de atrás. No me escondía, pero me gustaba el nombre Guy de Forestier y su resonancia de Guia de Forasters.

-¿Han cambiado sus ´Queridos mallorquines´?

-Lamentablemente, han cambiado un poco algunas actitudes. Había mucha gente que sacaba la mano por la ventanilla cuando conducía, un símbolo de sensualidad que ha desaparecido con el aire acondicionado. Siempre es más potente lo que llevamos dentro, creo mucho en las raíces culturales prerromanas.

-Su nuevo libro es otra nostalgia de Mallorca.

-Tengo la suerte de que cierro los ojos y me traslado a un paraíso terrenal, que era el Arenal. Quienes hemos tenido la suerte de vivirlo, tenemos la suerte de poderlo recordar. Ir de Inca a Lluc sin cruzarse con un solo coche.

-¿Hemos malgastado el paraíso mallorquín?

-Sin ninguna duda, lo hemos malbaratado. No hay marcha atrás. Cuando has mordido el anzuelo, estás agarrado. La recuperación es imposible, ya nadie entiende ni la Palma de los setenta.

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