La falta de competencia hace que Mallorca siga siendo aún hoy el territorio que paga el combustible más caro de España. Y con diferencia. La isla es la única zona del país que hoy siempre abona más de un euro por el litro de gasóleo. Tienen la comparativa junto a estas líneas: la mayoría de los consumidores del resto del Estado disponen de combustible diésel a diez céntimos menos por litro. Es decir, cada vez que llenan un depósito (abundan los de 50 litros) se ahorran cinco euros. O más. Mientras Mallorca ofrece su gasóleo más económico a 1,03 euros, en Castilla, el País Vasco, Cataluña, Murcia, la Comunidad Valenciana o la Rioja pueden hacerse con el mismo combustible a 90 céntimos. Lo mismo ocurre con el otro carburante más utilizado, la gasolina de 95 octanos, que sale en la isla quince céntimos más caro por litro que en el resto de comunidades. Y no cabe echarle la culpa a los 4,7 céntimos de impuesto autonómico que aprobó el anterior Govern (el del PP de Bauzá) para cada litro de combustible: ese mismo tributo está presente en otras comunidades, y aún así allí pagan menos. Y tampoco puede atribuirse el coste excesivo a la insularidad: en Menorca, pionera balear de las low cost e isla especialmente afectada por los problemas logísticos asociados a la insularidad, el gasóleo está a 97 céntimos.
Oligopolio y pacto de precios
¿A qué responde pues la carestía de la gasolina en la isla? Pues a falta de competencia. De hecho, el tribunal de Defensa de la Competencia tiene desde diciembre sobre la mesa una denuncia presentada por Més para que se dirima si las petroleras y sus socios locales pactan precios. "Sabemos que lo que hace bajar los precios son las gasolineras low cost, pero aquí hay un oligopolio en el sector que lo impide. Hace falta que abran más low cost", argumenta Miquel Mas, el diputado de Més que planta cara a las petroleras ante Defensa de la Competencia.
Sus sospechas de pacto entre petroleras encuentran bases sólidas en el día a día del negocio en las islas. Ayer mismo la realidad de las tarifas invitaba a pensar que hablar de "guerra de precios" entre gasolineras es una exageración: como mucho hay escaramuzas, que encima están muy localizadas. Se concentran todas en torno a las tres gasolineras low cost de la isla. Dos, las de Petroest, están en los polígonos de Son Castelló y Son Fuster. Son las más baratas de Mallorca, con 1,03 euros por litro de gasóleo y 1,16 euros por el de gasolina. Solo se acercan a esos valores la gasolinera de Manuel Azaña (Palma) la BP de la calle Llucmajor (Portixol) y la low cost que ha reabierto en Calviá, Buga 2000.
Lejos de Palma, gasolina cara
En el caso de esta última se ve perfectamente el efecto benéfico para el consumidor de la presencia de una low cost. Tras reabrir, los precios en la zona han bajado entre 5 y 8 céntimos por litro. Y aún así la competencia es escasa: las tres low cost influyen solo sobre las gasolineras más cercanas. Porque mientras en los citados polígonos el gasóleo sale por 1,03 euros y la súper de 95 octanos ronda los 1,16 euros, en el resto de Palma los precios son de media 7 céntimos más caros por litro. Y fuera de Palma la cosa se agrava para el consumidor. Frente a los 1,03 del gasóleo low cost, en puntos alejados de la capital , como Pollença, Sineu, Santanyí, Porto Cristo o Colonya de Sant Jordi pagan el diésel hasta a 1,17, mientras la súper le sale por 1,29 euros (frente al 1,16 de las más baratas).
