Una mujer de nacionalidad suiza, propietaria de una finca de Esporles que está en una zona declarada espacio natural, ha sido declarada culpable de un delito contra la ordenación del territorio. Una juez de Palma le ha impuesto una condena de un año de cárcel y una multa económica de 4.800 euros por realizar una obra ilegal en esta finca, que consistió en la construcción de un nuevo baño. Esta sentencia ha sido ahora ratificada por la Audiencia de Palma, que también confirma la absolución de esta mujer por un delito contra el medio ambiente. Dice la sentencia que la acusada es propietaria de una finca ubicada en la zona de Son Cabaspre, en Esporles. En el terreno existía una edificación antigua, catalogada de almacén o refugio agrícola, de una sola planta y con una superficie de 43 metros cuadrados. La finca en cuestión está catalogada como suelo rústico, con un alto nivel de protección, dado que está ubicada en una área natural de especial interés (ANEI). La acusada amplió hace diez años la superficie de la nave, cambiando la forma de la construcción.

En el año 2009 la mujer solicitó una licencia de obras porque pretendía reconstruir unos bancales y el muro de contención, debido a un derrumbe producido por una gran tormenta. El Ayuntamiento, tras requerirle varios documentos, determinó que se trataban de obras menores y autorizó la licencia. Las obras debían limitarse únicamente a los bancales.

Sin embargo, según declara probado la sentencia, la acusada, como promotora, inició la construcción de un talud y de una edificación de unos 24 metros cuadrados. De esta nueva construcción, una parte cumplía la función de cuarto de baño, ya que contaba con un inodoro y una ducha. El resto de la nueva obra era un trastero. Para construir la parte cubierta de esta nueva edificación fue necesaria la excavación de la zona del talud.

Los jueces han condenado a esta vecina de Esporles porque las dos construcciones que hizo, tanto ampliar la casa como construir el nuevo cuarto de baño, carecían de la pertinente licencia. De hecho, según incide la sentencia, el propio Ayuntamiento de Esporles inició un expediente de infracción urbanística, por cuanto el arquitecto había descubierto la existencia de esta nueva construcción y entendía que estas obras no se podían legalizar.

Además de este cuarto de baño, la acusada también realizó otras obras, que consistieron en un camino en la falda del talud. Para ello tuvo que eliminar piedras de grandes dimensiones, mediante el empleo de una retroexcavadora. También tuvo que talar una serie de pinos para eliminar la cubierta vegetal. La mujer tendrá ahora que demoler todas las obras ilegales que hizo, según la decisión adoptada por la Audiencia de Palma.