­Con el apoyo de 146.000 firmas y después de lograr en apenas dos años que 33 municipios de Mallorca se declaren antitaurinos, la campaña Mallorca sense Sang llega mañana al Parlament gracias a la acogida que le han dispensado los partidos de izquierda. Los grupos con representación debatirán y votarán una proposición no de ley que, de aprobarse, podría convertirse en el primer paso para abolir las corridas de toros en Balears y tradiciones centenarias como el correbou de Fornalutx

-¿Por qué considera que mañana es un día histórico?

-Porque la campaña Mallorca sense sang empezó en 2014 y llegar hasta el Parlament para conseguir un objetivo tan importante como la abolición de la tauromaquia resulta un hito. Además, confiamos en que la votación salga adelante.

-¿Tienen garantizado el apoyo de PSOE, Més y Podemos?

-Creemos que sí. Hemos celebrado muchas reuniones con cada uno de los partidos y, pese a las presiones del lobby taurino en las últimas semanas, son favorables a la petición. Con el voto a favor de la mayoría parlamentaria la tauromaquia quedará virtualmente abolida en Balears. Nuestra intención es que eso ocurra el martes y se convierta en una realidad antes del verano.

-Pero una proposición no de ley no es suficiente. Debería incorporarse el texto a la Ley de Protección Animal para que tuviera algún efecto real.

-La abolición de los toros tiene dos partes. También habría que cambiar la Ley de 1992, que desde hace años está desfasada.

-¿A qué se refiere cuando habla de las presiones del lobby taurino?

-Pues en concreto a que ha faltado al respeto a Més, intentando ligar la protección animal y la pretensión de acabar con la celebración de corridas de toros al ámbito exclusivo del nacionalismo catalán y el independentismo. El PSOE también ha mantenido una reunión con sus representantes últimamente. Y sabemos que mañana, durante el debate en el Parlament, celebrarán una protesta ante las cámara. Nosotros también acudiremos, pero a celebrar la votación.

-¿Cuál fue la principal idea que animó la puesta en marcha de la campaña en 2014, antes de la las primeras declaraciones antitaurinas de municipios?

-Como organización animalista estamos en contra de los zoológicos y de cualquier forma de maltrato animal. Pero en nuestras protestas antes de los festejos empezamos a advertir paulatinamente que el apoyo ciudadano era cada vez mayor. Y a la vez que desde 2009 el número de festejos iba reduciéndose. A partir de ese momento vimos una oportunidad, al constatar cada vez de una manera más clara que la sociedad no llenaba las plazas y empezaba a estar en contra de los toros, a darles la espalda. Y entonces en abril de 2014 empezamos la campaña Mallorca sense Sang.

-Desde entonces hasta ahora han conseguido que 33 municipios de la isla se declaren antitaurinos. ¿Cuáles mostraron mayor resistencia?

-Palma nos costó mucho. Y realmente, después de dos votaciones perdidas durante la última legislatura de Mateo Isern, no lo conseguimos hasta la llegada de la izquierda al gobierno municipal. Pero lo oposición a nuestra campaña no es algo general en el Partido Popular. Muchos de sus concejales han votado a favor de nuestras propuestas. Y la declaración de municipio antitaurino se logró con sus votos en municipios como Deià, Valldemossa o Santanyí.

-Son defensores de los animales y si su propuesta de abolición se generalizara en toda España se pondría llegar a la desaparición de una especie, la del toro bravo, criada exclusivamente para la práctica de la tauromaquia. ¿Qué tiene que decir ante uno de los principales argumentos de los defensores de la fiesta, además de los culturales?

-Que el toro bravo no solo se utiliza para la tauromaquia. También para el consumo humano, que nosotros no defendemos, para la ganadería y como semental. Nosotros proponemos, por ejemplo, que los seiscientos millones de euros que se invierten cada año en las corridas se destinasen al mantenimiento de la especie en las dehesas. El toro bravo es fruto de un proceso de selección para la tauromaquia, de selección a lo largo de los años de los ejemplares que responden con más violencia, pero tiene otras utilidades.