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"La decisión de la Audiencia Nacional es una barbaridad"

Antonio Salvá, el padre del guardia civil asesinado, ha recurrido la decisión de la juez Carmen Lamela

Antonio Salvá, padre del guardia civil asesinado. m. mielniezuk

Antonio Salvá, el padre del guardia civil asesinado por la organización terrorista en julio de 2009 en Calvià, afirma que no tiene ningún sentido que la Audiencia Nacional se haya inhibido del caso a favor del juzgado de Palma. De hecho, el familiar calificó la decisión "de auténtica barbaridad", como demuestra que la familia, no solo ha recurrido esta resolución judicial, sino que también ha presentado un escrito de recusación contra la juez Carmen Lamela, que tendrá que resolver la Sala de la Audiencia Nacional.

La familia Salvá pretende que el etarra Aitor Elizarán y otros cuatro antiguos integrantes de la organización terrorista se sienten en el banquillo por un delito de lesa humanidad. "Elizarán no colocó el artefacto explosivo, pero si en la época que se cometió el atentado estaba al frente de la organización, es lógico pensar que fue él quien dio las órdenes para que se realizara esta acción terrorista", señaló el padre del joven asesinado. "Hitler nunca mató directamente a un judío, pero es evidente que él ordenó los asesinatos. Lo mismo pasaba con el jefe de ETA, que era el que daba la orden definitiva para que la organización cometiera un atentado".

El padre de David consideró que "no tiene ningún sentido que el juzgado de Palma asuma ahora este caso, cuando precisamente la Audiencia Nacional se creó para que asumiera las causas de los atentados terroristas de ETA, para evitar precisamente que los terroristas fueran juzgados por magistrados del País Vasco".

El familiar de la víctima de ETA considera que es un escándalo que el terrorista, cuando llegó a España a principios de diciembre expulsado por la policía francesa, no hubiera ninguna causa pendiente contra él. El abogado que representa a Salvà ha solicitado, como acusación particular, el ingreso en prisión inmediata del exjefe de la organización terrorista, si bien esta petición ha sido inicialmente rechazada por la juez de la Audiencia Nacional quien, con el apoyo de la fiscalía, tuvo en cuenta que se había presentado voluntariamente, antes de que hubiera una orden contra él.

David Salvá murió junto a su compañero Carlos Sáenz de Tejada cuando ambos guardias civiles se disponían a utilizar el vehículo, en el que previamente la organización había colocado un artefacto explosivo.

Más de seis años después de que ETA cometiera su último atentado mortal, aún no se conoce la identidad de los terroristas que participaron en el crimen.

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