Ante la importancia de la imagen histórica de una infanta de España siendo juzgada por corrupción y la fuerte competencia, los redactores gráficos agudizaron el ingenio. Algunos de ellos colocaron sus cámaras en los postes que sustentan a un árbol justo enfrente de la entrada principal al edificio de Son Rossinyol que alberga el juicio.