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Política lingüística

El Tribunal Superior de Balears exige que los guías turísticos sepan catalán

El Govern anterior, presidido por Bauzá, les concedía el carné sin que tuvieran que acreditar que cumplían requisitos de la ley como conocer las dos lenguas oficiales y dos idiomas extranjeros

El Govern más vapuleado por los jueces, el que presidió José Ramón Bauzá hasta junio, recibe un nuevo palo judicial, este a título póstumo: el Tribunal Superior de Justicia de Balears le da en una sentencia la razón al Colegio Oficial de Guías Turísticos de Balears, que había recurrido la concesión de licencias de guía a personas que no acreditaban saber castellano, catalán y otras dos lenguas no oficiales de la comunidad, en contra de los requisitos que exigía la ley.

Según explica el abogado que ha ganado el caso, Antoni Bennàssar Moyà, que defiende los intereses del colegio profesional, la disputa tiene su origen en la directiva Bolkenstein, un regulación europea que liberalizaba los servicios en la Unión. En este contexto, durante toda la legislatura del PP de Bauzá, la Conselleria de Turismo optó por hacer una lectura ultraliberal de la directiva Bolkenstein: concedían el carné a personas que, en vez de pasar las pruebas (de idiomas y de conocimiento del entorno) que hasta entonces se habían exigido a 300 guías colegiados, simplemente presentaban un declaración jurada de inicio de actividad, en la que decían cumplir los requisitos.

Muchos de los nuevos guías no los cumplían, pero la conselleria nunca llegaba a comprobarlo. Según el colegio profesional, detectaron casos de profesionales incapaces de expresarse en catalán, castellano, ni inglés. Se trataba de guías contratados en sus países de origen por grandes touroperadores, que reducían el coste de sus paquetes de viaje desplegando personas que ni conocían los idiomas, ni, en algunos casos, habían estudiado las características del patrimonio histórico y cultural que iban a mostrar en Balears. "Con esta forma de actuar incluso se ponía en riesgo al grupo guiado: en caso de accidente los guías no sabían comunicarse en catalán, ni castellano, ni inglés con las autoridades, por no hablar de que podían entrar en la Seu sin conocer sus rasgos arquitectónicos", ejemplifica Bennàssar.

Otra sentencia TIL

Pues bien, ese modelo "queda desmontado", según Bennàssar, en la sentencia del Tribunal Superior, que dice dos cosas. Primero: que la declaración de inicio de actividad no puede ser el único mecanismo para acreditar la capacidad del guía, por lo que es obligación de la conselleria comprobar si se cumplen los requisitos. Y segundo: que es imprescindible saber catalán y castellano para trabajar como guía en Balears. "Es la continuación de la doctrina TIL (el decreto de trilingüismo de Bauzá, también tumbado en los tribunales), que viene a decir que el estatuto de autonomía fija dos lenguas cooficiales", analiza el abogado Bennàssar. Subraya además la relevancia de otro hecho: que el tribunal obliga a cumplir la única ley de todas las impulsadas por Bauzá en la que el catalán seguía siendo un requisito obligatorio para ejercer, la Ley General Turística. "La administración debe tener la posibilidad, y está obligada a hacerlo, de comprobar que para desarrollar la actividad de guía, el solicitante reúne las cualificaciones profesionales que le habilitan para ello. Pero no lo hacía", recoge la sentencia, que puntualiza que da igual la nacionalidad del solicitante, pero en cualquier caso debe cumplir los requisitos y saber las dos lenguas cooficiales.

"Lo que dice la sentencia es que el Govern se estaba saltando la ley, para dar autorizaciones sin más", resume el abogado Bennàssar, que describe además las dificultades que tuvieron que superar para poder recurrir las hasta cien licencias de guía que estiman que se concedieron sin control. "Tenemos dos meses para recurrir una acreditación de la Conselleria, pero nos negaban copias de las resoluciones para que no las pudiéramos impugnar", explica el abogado del Colegio de Guías Turísticos de Balears, el único oficial de todo el Estado. Tuvieron así que apañárselas para encontrar tres casos en los que se incumplían los requisitos, para acudir a los tribunales. De ese proceso se deriva la sentencia de la sala Contenciosa Administrativa del Tribunal Superior de Justicia de les Illes Balears, presidida por Gabriel Fiol, con los magistrado Pablo Delfont y Carmen Frigola.

Revisión de las licencias

Ahora el colegio tiene la intención de exigir la revisión de una forma de conceder licencias que creen que defenestraba a los profesionales locales. ¿La conselleria se plegaba a los intereses de los touroperadores extranjeros que hoy dominan el mercado balear? En el colegio no se atreven a decirlo con tal rotundidad, pero sospechan que esas presiones se produjeron, aunque se compadezcan poco con el coste de un guía turístico local (entre 10 y 13 euros la hora)."Aquí los guías siempre han sido un mundo artesanal, de autónomos que en broma dicen ser intelectuales frustrados, porque en muchos casos tienen dos y tres titulaciones, y son grandes apasionados del arte y la historia. Eso se cambió para dar paso a gente que traían los touroperadores del extranjero, para tenerla encerrada en una habitación con seis días de trabajo a la semana. Las pequeñas agencias de Balears, agrupadas en la patronal Aviba, fueron sensibles con esta cuestión, pero no lo grandes touroperadores", analizan desde el colegio.

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