Casi cinco años después del estallido del caso Picnic, una supuesta trama de desvío de fondos del Ayuntamiento de Palma por dirigentes de Unió Mallorquina (UM) y entre 2007 y 2010, el juez ha citado como imputado por dichos hechos a Miquel Nadal, expresidente de ese partido y teniente de alcalde en Cort en esos años. El magistrado Pedro Barceló, que se hizo cargo del sumario hace poco, ha reactivado las pesquisas de Picnic y ha emplazado también a declarar, en calidad de encausados, a Cristina Cerdó, exedil en Cort y antigua mano derecha de Nadal; al exconseller de Deportes del Govern Mateu Cañellas, y al exdirigente de UM Miquel Àngel Flaquer. Todos comparecerán el próximo 26 de noviembre. Cerdó y Cañellas ya estaban imputados.

Según la fiscalía anticorrupción, dirigentes y cargos de UM desviaron 1,2 millones de euros del Ayuntamiento para tareas de captación de votos y partidistas. El desaparecido partido contrató, a través del Instituto Municipal de Formación Ocupacional y Trabajo (IMFOF), a una veintena de informadores medioambientales cuya única función era, en realidad, captar afiliados y votos.

Las indagaciones se centran en si pudieron cometerse, entre otros, delitos de malversación de caudales públicos y prevaricación, ya que estos trabajadores fueron contratados a través de esta empresa pública a fin de que llevaran a cabo su trabajo para el departamento de Medio Ambiente del Ayuntamiento, pese a que en ningún momento habrían realizado el cometido para el que ocupaban estos puestos.

Muertos que iban de paseo

Asimismo, el caso se centra en esclarecer si la formación nacionalista, a través de la oficina municipal de Medio Ambiente que controlaba el partido, utilizó nombres ficticios o de personas ya fallecidas para engrosar los listados de excursionistas que debían elaborar para justificar una subvención aportada por el Govern al Consistorio y dirigida a promocionar el medio ambiente.

Unió Mallorquina (UM), según anticorrupción, creó y gestionó en el Ayuntamiento de Palma un servicio de información medioambiental, destinado a propagar las ventajas para la isla del reciclaje de pilas y otros residuos contaminantes, pero recuperables. Este departamento (nacido en el seno del IMFOF) no era ni una red social en Internet, ni un club para hacer amistades o algo similar. Pese a eso, Cristina Cerdó, teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Palma entre 2007 y 2010, "se quejaba constantemente" de que los informadores medioambientales no traían suficientes "amigos" (futuros votantes).

Cerdó; Paula Cortés, número 2 de la primera en el Ayuntamiento; y Miquel Nadal, el presidente de UM y conseller de Turismo, instaban continuamente a los visitadores del reciclaje a que "hicieran más amigos". Esta inusitada ansia por las relaciones sociales encubría, siempre presuntamente, un doble objetivo: captar nuevos afiliados ("amigos") y reforzar el peso específico de Nadal de cara a sus "enemigos" internos en UM, entre los que se encontraba Mateu Cañellas.

En busca del voto

Una antigua militante de UM que trabajó como agente de información medioambiental en Palma admitió, en su declaración como testigo, que se usaron medios del Ayuntamiento para hacer propaganda y proselitismo en favor de su partido.

La testigo se ocupaba de sondear a los vecinos de Santa Catalina sobre sus preferencias políticas y localizar a las personas afines a UM. "Siendo militante en 2003 iba a cenas y a fiestas del partido; también hacía encuestas casa por casa para saber si las personas de Santa Catalina estaban contentas con la política municipal y el estado de la ciudad; no cobraba nada por ello".

La testigo añadió que luego (en 2005) fue colocada en una constructora investigada por financiar irregularmente a UM. "Me dijeron Antoni Pascual (conseller de Carreteras del Consell) y María José Rodríguez (otra dirigente de UM) que ganaría lo mismo que en mi anterior trabajo, pero trabajaría menos horas; la condición: tenía que seguir colaborando con el partido".

Entre 2003 y 2007 se dedicó a lo que en UM se conocía como "hacer biblias", encuestas domiciliarias para averiguar el grado de simpatía con UM. Tras dos años en la constructora, la declarante pasó a ser una informadora medioambiental en Palma (2008), un departamento dirigido por las líderes de UM Paula Cortés y Cristina Cerdó. Las encuestas elaboradas barrio por barrio de Palma fueron pasadas a las informadoras medioambientales, que volvían a visitar a los posibles votantes de UM para darles regalos y alabar la gestión de la edil Cerdó.