El tribunal que juzgará el caso Nóos tuvo ayer su primer toma de contacto con los letrados de la defensa y la acusación. Y en este primer encuentro, de carácter informal y sin necesidad de vestir toga, que se celebró en la misma sala donde tendrá lugar la vista, se acordó que definitivamente el juicio se iniciará el próximo día 11 de enero, como se había establecido. Y también se acordó que antes de dar inicio formal al interrogatorio de los acusados los magistrados resolverán las cuestiones previas que se planteen en la primera jornada de juicio. Los jueces Juan Pedro Yllanes, Samanta Romero y Eleonor Moya deben decidir si aceptan o no la propuesta que defenderán los abogados de la Infanta para que se aplique la llamada doctrina Botín, es decir, que se evite que la hermana del Rey sea sometida a un juicio si únicamente lo pide una acusación popular, que en este caso será el sindicato Manos Limpias.

El primer día los acusados no hablarán. Se limitarán a escuchar sentados las cuestiones técnicas que planteen sus respectivos abogados. No solo tiene previsto plantearlas el abogado de la Infanta, sino que otros letrados también lo harán, entre ellos los de Diego Torres e Iñaki Urdangarin. El primer día, con toda seguridad, Cristina de Borbón tendrá que estar sentada en el banquillo de los acusados.

La Sala se tomará después un periodo de cuatro semanas para resolver estas cuestiones de aspecto técnico. El juicio se reanudará el día 9 de febrero. El presidente del tribunal, el juez Juan Pedro Yllanes, comunicará la decisión de la Sala, que será explicada por escrito. Ese día la hermana del Rey también tendrá que sentarse obligatoriamente en el banquillo, pero si los jueces aceptan los argumentos de su equipo jurídico, en ese momento podrá abandonar la Sala, sin la necesidad de contestar a ninguna pregunta. Si no fuera así, y los jueces acordaran no aplicar la doctrina Botín, tendrá que soportar el juicio hasta el final. El tribunal no aceptará su ausencia de la Sala hasta que concluya el interrogatorio de los 18 acusados. Debido a que ella no está directamente implicada en la trama Nóos, sino que únicamente se la acusa de un delito fiscal relacionado con su empresa Aizoon, posiblemente sea la última de las acusadas en ser interrogada. Ello podría producirse a finales del mes de febrero. Desde el momento que conteste a la última pregunta, el tribunal le autorizará a que no esté presente en la sala (dependerá de ella), durante el resto del juicio. Únicamente tendrá que volver el último día de la vista, cuando se le otorgue el derecho a la última palabra.

Un calendario flexible

Ante la complejidad de este juicio, por el número tan elevado de acusados y debido a la intervención de tantos letrados, el tribunal ha establecido un calendario, que siempre podrá modificarse si la situación lo precisa. A partir del día 9 de febrero, cuando se inicien los interrogatorios, las sesiones de la vista serán de martes a viernes. En principio el juicio será solo por la mañana, pero puede que se prolongue algún día por la tarde.

El tribunal ha decidido que el mes de febrero se dedicará únicamente al interrogatorio de los acusados. Se calcula que será necesario unas 20 jornadas para que los 18 acusados se sometan a las preguntas de la acusación y de la defensa.

Los meses de marzo y abril se dedicarán a escuchar a los testigos. El tribunal ha aceptado que comparezcan 363 personas, pero esta cifra podría reducirse si durante el desarrollo del proceso se renuncia a unos determinados testigos. Tampoco se descarta que el número pueda ser mayor, ya que el abogado Manuel González Peeters, que defiende a Diego Torres, ya ha anunciado que en la sesión de cuestiones previas pedirá que se acepte la declaración de los testigos que él proponía, entre los que están los dos monarcas.

Una vez ya superada la prueba testifical, se pasará a la fase del interrogatorio de los peritos, es decir, de los expertos en las diferentes materias sobre las que pivota el juicio del caso Nóos. Estos expertos declararán durante el mes de mayo. Si no se acepta la exculpación definitiva de la infanta Cristina, destacará durante estas sesiones la declaración que realizarán los inspectores de Hacienda, que sostienen que la hermana del monarca no cometió ningún delito fiscal con la sociedad familiar Aizoon.

Ya en el mes de junio la vista afrontará su recta final. Será cuando se analicen los últimos documentos y, sobre todo, cuando la fiscalía Anticorrupción, así como los abogados de la acusación y de la defensa, defiendan sus informes ante el tribunal. No será necesario que los acusados estén presentes cuando sus respectivas defensas expongan sus argumentos para evitar que sean condenados, pero lo lógico es que asistan a estas jornadas.

La mayoría de abogados coincidió ayer que es lógico que el tribunal haya decidido resolver las cuestiones previas antes de iniciar formalmente el juicio. Aunque en la Audiencia de Palma la costumbre es que estos temas se resuelvan en sentencia, en este caso la situación es distinta. No tendría ningún sentido que un acusado, en este caso la infanta Cristina, sea obligado a sufrir un juicio que se prolongará durante seis meses, si el tribunal tiene claro desde el primer momento que se le debe aplicar la doctrina que sostiene la defensa.

Los abogados de la Infanta intentaron ayer que el tribunal dispensará la presencia de la hermana del Rey en la jornada de cuestiones previas. La Sala, sin embargo, le anunció que esta situación no se iba a producir.