En estos momentos hay en Mallorca más de mil mujeres ejerciendo la prostitución, fruto del éxodo de estas profesionales que se produce cada verano desde la península hacia las islas y de la apertura de clubs de zonas turísticas que en invierno permanecen inactivos. El cálculo lo facilita Médicos del Mundo, una organización que cuenta con un servicio dedicado a la atención de estas personas. Sin embargo, se trata de un colectivo que está evolucionando a la baja en la isla a causa de la caída de la demanda que se ha registrado tras una extenuante crisis económica. Pero eso no significa que se reduce el número de mujeres que se ven obligadas a prostituirse para poder mantenerse a sí mismas o a su familia, sino que algunas de ellas están optando por emigrar a otros países al tener cada vez más problemas para subsistir. Según se destaca desde la citada organización no gubernamental, algunas de estas mujeres apenas pueden alcanzar los 600 euros mensuales.
Desde Médicos del Mundo se admite que no hay datos fiables sobre el número de personas que ejercen la prostitución en el archipiélago, más allá de dejar constancia de que se trata principalmente de mujeres: del total de personas atendidas por esta organización en la isla, solo un 4% eran hombres y un 3% transexuales. El 93% restante entraba en el colectivo femenino.
Esa falta de información fiable se explica porque existe un grupo minoritario de prostitución de lujo, que se estima que no llega ni a un 5% y que no recurre a los servicios de ayuda social. A ello hay que sumar las mujeres que se ven obligadas a ejercer este trabajo por ser víctimas de la trata y que se mantienen sin visibilidad para evitar su detección por los cuerpos de seguridad. Y además existe un colectivo de prostitución asiática que se mueve en un contexto de total hermetismo.
Pero desde Médicos del Mundo no se duda que en pleno mes de agosto son más de mil las mujeres que ejercen la prostitución en Mallorca, ya que la caída de población, y consecuentemente de clientela, que se produce en muchas grandes ciudades peninsulares por el disfrute de vacaciones hace que se registre un desplazamiento de estas profesionales hacia zonas como la Platja de Palma, Magaluf, Cala Rajada o Alcúdia. En cualquier caso, se reconoce que también hay mujeres que dejan de ejercer porque encuentran un trabajo regularizado durante los meses de la temporada turística, para tener que volver a prostituirse una vez llega el otoño.
Hay que tener en cuenta que durante el primer semestre de este año, Médicos del Mundo ha atendido ya a 870 personas en la isla que ejercen la prostitución. Este dato es fundamental para estimar el descenso que se viene registrando durante los últimos años. En ese mismo periodo de 2013 se prestó ayuda a 1.100 personas, para pasar a las 980 de esos seis primeros meses de 2014. Eso supone que se está registrando un descenso de aproximadamente un 10% anual, rompiendo así la tendencia al alza que se mantuvo durante los primeros años de la crisis económica, con el drama que supuso para muchas mujeres que habían ejercicio la prostitución y consiguieron abandonarla durante el periodo de bonanza económica, el tener que volver a estas prácticas.
Pero como se ha indicado, esta bajada no se produce por una mejoría en la situación de estas mujeres. Bien al contrario. El descenso en la demanda y los bajos precios que se ven obligadas a cobrar está haciendo que muchas, especialmente las más jóvenes, opten por marcharse a otros países de la Unión Europea.
Cambio en las nacionalidades
Esta elevada movilidad está provocando cambios en el perfil de las mujeres que ejercen la prostitución en Mallorca, y aunque las latinoamericanas siguen siendo el grupo más numeroso, cada vez ganan más peso las procedentes de los países del este de Europa.
En concreto, durante los seis primeros meses de este año un 33% de las personas vinculadas a la prostitución y atendidas por Médicos del Mundo procedían de Latinoamérica, con un grupo especialmente numeroso de República Dominicana, una tasa que un año atrás se situaba en el 37%.
Por contra, si hace un año las mujeres llegadas de Europa del Este suponían el 24% del total, ahora este porcentaje ha subido hasta el 27%. Mayor estabilidad existe entre las africanas, que han pasado del 21% de 2014 al 22% de este año, o entre las españolas, que se mantienen en un 15%. El 3% restante corresponde al resto de procedencias.
Un aspecto sobre el que se hace especial hincapié desde Médicos del Mundo es la fuerte degradación que se ha producido en las condiciones en las que estas mujeres se ven obligadas a ejercer la prostitución.
La crisis ha ido acompañada en una primera fase de un incremento de la oferta, con un número creciente de personas que se vieron obligadas a prostituirse al perder el empleo normalizado de que disfrutaban, muchas de ellas tras haber pasado por una etapa previa en la que ya habían tenido que realizar este trabajo pero que habían conseguido abandonarlo. Ahora la evolución es descendente, pero por su desplazamiento a otras zonas de Europa.
Ello ha ido acompañado además de una evolución a la baja en la clientela, cada vez con una menor disponibilidad económica para contratar sus servicios. A menos demanda y más oferta, mayor precarización de sus condiciones laborales y de las tarifas que consiguen cobrar.
Esta situación está provocando en estos momentos que muchas mujeres ni siguiera loguen alcanzar unos ingresos de 600 o 700 euros mensuales, lo que conlleva que se vean obligadas a prostituirse para apenas poder cubrir unos gastos mínimos de subsistencia. Y hay un problema añadido: muchas de esas personas tienen a familiares a su cargo.
Desde Médicos del Mundo se pone de relieve que el porcentaje de mujeres que ejercen la prostitución y que tienen la responsabilidad de mantener a hijos es alto, tanto en el caso de los que residen con ellas en la isla como en el de las que los tienen en sus países de origen y a los que tienen que enviar dinero de forma frecuente.
"En los años 80 existía una fuerte vinculación entre el ejercicio de la prostitución y el consumo de drogas, pero ésta ya es claramente minoritaria. La mayoría de las prostitutas que ejercen lo hacen porque tienen problemas económicos y necesitan pagar el alquiler, o la comida y el material escolar de sus hijos", afirma una portavoz de la citada organización.
Prácticas de riesgo
Eso explica la necesidad imperiosa que tienen de conseguir dinero y que en ocasiones les lleva a aceptar prácticas de riesgo, como no usar preservativo, algo que según se destaca desde la citada organización, viven con enorme angustia.
Desde Médicos del Mundo se lamenta que aún haya clientes que exigen mantener relaciones sexuales sin utilizar preservativo. Esta exigencia es rechazada en la mayoría de los casos, pero "cuando una de estas mujeres ve que lleva ya varios días sin conseguir apenas ingresos, hay casos en los que termina cediendo", según se pone de relieve, al tiempo que se subraya la responsabilidad del individuo que contrata estos servicios.
Sin embargo, se destaca que la mayoría de las prostitutas procuran tomar todas las precauciones posibles y mantienen un estricto control de su salud, lo que explica que entre ellas la tasa de VIH y de enfermedades de transmisión sexual sea baja.
Otro aspecto que se pone de relieve es la forma en que se ha agravado la exposición que estas mujeres padecen. Si antes de la crisis era suficiente en muchos casos con trabajar cinco o seis horas al día, ahora es habitual el tener que superar las diez, tanto por el descenso de la clientela antes señalada como por haberse visto obligadas a reducir considerablemente sus tarifas.
Respecto a los servicios que Médicos del Mundo presta a este colectivo, incluyen ayuda social y sanitaria, la entrega de material como preservativos y lubricantes, o el asesoramiento legal en el caso de que tengan que hacer frente a alguna denuncia, por citar algunos ejemplos.
