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Sanidad

Condenado un dentista por la mala colocación de unos implantes

La paciente recibirá 147.000 euros tras cuatro años de dolor y el desplazamiento de prótesis

Imagen de archivo de una operación bucal.

­Un conocido dentista de Palma ha sido condenado a indemnizar a una paciente como consecuencia de una mala práxis médica al colocar erróneamente una serie de implantes. La mujer, tras un largo pleito judicial, recibirá ahora una indemnización de 147.000 euros, con lo que se pretende recompensar los daños y las secuelas que ha sufrido tras ponerse en manos de este odontólogo.

La afectada, que es extranjera, acudió a la consulta de este médico en noviembre de 2007. El problema es que se le movía una pieza dental. Le explicó al dentista que en su país le habían quitado varias muelas por la misma causa.

Según detalla la sentencia condenatoria de la Audiencia de Palma, el médico, “sin realizar diagnóstico previo sobre la causa de la movilidad de la pieza dental”, le anunció a su paciente que podría perder todos sus dientes. Por ello, le aconsejó que se los quitara todos y los sustituyera por implantes. El médico, en la misma visita, confeccionó un presupuesto a mano, sin detallar el material, las calidades, ni el tipo de prótesis. El presupuesto era de 26.800 euros, aunque lo ajustó a los 24.000. El tribunal cuestiona que el especialista no realizara ningún estudio previo a la intervención sobre la conveniencia o no de colocar los implantes. Tampoco examinó la musculatura de la paciente, ni la calidad del hueso, ni de la encía. Solo pidió un TAC y le facilitó a la paciente una hoja informativa del protocolo tras la operación.

El tribunal señala que el médico no advirtió a la mujer de las complicaciones y secuelas de la intervención. Tampoco le planteó otras opciones, ni informó de los riesgos de la operación. Para convencerla le dijo que le quedaría “una boca de artista”.

Sin embargo, el resultado no fue tan bueno como anunciaba el médico. La mujer empezó a tener “dolores insoportables” en la parte inferior del maxilar. Cuando le colocaron los implantes definitivos, sufrió una infección. Los dolores continuaron y al acudir al dentista, éste se limitó a proporcionarle antibióticos. Pero ni estos medicamentos ni los calmantes solucionaron el dolor. Hubo un momento en el que el dentista dejó de atender a la paciente, por lo que tuvo que pedir otras opiniones médicas. Otro especialista le confirmó que los implantes se habían movido, de allí el dolor que sufría.

El demandado, en vez de hacerse responsable de los daños, le dijo que le haría otro presupuesto y le solucionaría el problema. La mujer no quiso y denunció al médico.

Otro especialista tuvo que intervenir de nuevo a la paciente, colocándole una nueva prótesis. La paciente ha sufrido un intenso dolor durante cuatro años. El médico tendrá que indemnizarla por este sufrimiento.

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