Las visitas y excursiones a Cabrera son una actividad que se desarrolla desde hace cincuenta años, partiendo de la Colònia de Sant Jordi. Pero desde el año 2008, cuando surgió una nueva empresa, que también se dedica al trasporte de visitantes al parque nacional, los conflictos por las concesiones y otros asuntos relacionados con la explotación del negocio han ido en aumento.
Desde hace cincuenta años, Excursions a Cabrera lleva ofreciendo el servicio de transporte y visita a la isla. Esta empresa disponía de cuatro barcas, hasta 2012 cuando adquirió una más. Las plazas disponibles para el transporte colectivo según la embarcación tenían una capacidad de 25, 45 u 80 personas. Su actividad se centraba en las excursiones al parque natural de Cabrera y al baño en Sa Cova Blava.
Sin embargo, después de muchos años practicando esta actividad sin ningún tipo de competencia, en 2008 nació una nueva empresa, Marcabrera, con la intención de centrar su labor en los grupos reducidos de alrededor de 12 personas.
En el año 2012, con la consolidación de las dos empresas competidoras de excursiones a la isla de Cabrera, seis lotes de 50 plazas salieron a concurso público. Con estas concesiones administrativas quedaba regulado el número de personas que cada una de ellas podía transportar. Excursions a Cabrera se quedó con cuatro lotes, lo que equivale al traslado de 200 personas, y Marcabrera acabó con dos lotes y con el derecho a 100 plazas.
La primera y la mayor desavenencia entre las dos empresas fue el exceso de número de pasajeros que puedan llevar a Cabrera, según estas concesiones administrativas. Marcabrera ha sido acusado de un trasporte de personas mayor al que tiene permitido, pero no se ha podido demostrar. Ante estas incriminaciones, la empresa siempre ha defendido la total legalidad de su actividad y los reconocimientos por su compromiso social y medioambiental a través de sus programas.
Estas disputas incluso han llegado a los tribunales. Una sentencia del juzgado de lo mercantil y otra de la Audiencia Provincial ratificaron la absolución de Marcabrera de cualquier responsabilidad ante las acusaciones de competencia desleal, plagio de marca e incumplimiento de la concesión administrativa. Además, la parte demandante, Excursions a Cabrera, fue condenada a pagar los costes causados a la parte demandada.
La acusación más importante y la que ha trascendido más ha sido la competencia desleal por el transporte y el desembarco de pasajeros en el parque nacional sin asignación de cupos del PRUG, la normativa que regula el uso y el acceso a Cabrera, durante las temporadas de 2009 a 2011. Sin embargo, estas acusaciones no se pudieron demostrar y Marcabrera salió absuelto de cualquier responsabilidad.
La controversia venía dada por el tipo de viaje, el tipo de barco, si se desembarcaba o no, si había autorización para ello y si el contrato del tipo de transporte era de viajeros, "waverunner" o chárter. El "waverunner" y el chárter tienen menos requisitos que el transporte colectivo de pasajeros.
El problema venía de la acusación de que Marcabrera utilizaba los chárter para proporcionar servicios de transporte colectivo con el objetivo de llevar a más viajeros de lo que tenía permitido, utilizando de forma ilegal las autorizaciones, pero no se demostró.
La posible infracción de los nombres utilizados por las empresas para promocionarse también formó parte del juicio. La parte demandante no consiguió que Marcabrera dejara de utilizar el dominio www.excursionesacabrera.com ni que descolgara los carteles de "Excursiones a Cabrera" de sus oficinas del puerto de la Colònia de Sant Jordi, que siguen expuestos. La sentencia explica que esas denominaciones forman parte de "referencia descriptivas del servicio a prestar".
La disputa entre las dos empresas, que empezó en 2012, cuando se pusieron a concurso las concesiones administrativas, no tiene visos de que se vaya a solucionar. El fallo la última sentencia de la Audiencia Provincial ha tenido lugar este año. Mientras, Excursiones a Cabrera y Marcabrera continúan con sus actividades y tienen sus taquillas pegadas una a la otra.