La dirección del PP balear busca a toda prisa una vía para atajar la crisis provocada por José Ramón Bauzá al mostrar el lunes pasado el pasaporte de salida a su líder en Palma, José María Rodríguez. La estrategia electoral para la candidata a Cort Marga Durán ha volado por los aires al poner el propio Bauzá el conflicto interno en el foco de atención mediático.

Queda por ver si el partido adelantará ahora el pase a la reserva del todavía poderoso político, o le encuntra un encaje temporal que no chirríe. A la vez desde el Consolat se intenta rebajar la tensión con los rodriguistas. Especialmente irritados están algunos presidentes de las juntas de distrito del PP palmesano, a los que ha sentado muy mal que Bauzá diera por amortizado a su jefe. Sin su implicaicón estos días puede haber una desmovilización de militantes para llenar el próximo mitin de Mariano Rajoy en Palma, lo que sería una imagen letal para Bauzá.

Fuentes de la cúpula aseguran que Bauzá no tuvo intención de humillar a Rodríguez, sino que se limitó a evidenciar el final de la carrera política del histórico dirigente que él mismo había decidido hace tiempo. No obstante, las palabras de Bauzá han sido tachadas de totalmente inoportunas por el momento y el lugar elegidos.