La cascada de resoluciones judiciales contra del TIL no es el único motivo de la destitución de la consellera de Educación, Joana Maria Camps. El president del Govern, José Ramón Bauzá, y su círculo más íntimo, llevaban más de una semana preparando el relevo. Las sentencias y el auto del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB), conocidos el martes y el miércoles, solo aceleraron la decapitación política de la menorquina, que quedará para la historia como la titular de Educación que bautizó el informe PISA como el informe Trepitja.

Bauzá aseguró ayer que Riera había sido su única opción para sustituir a Joana María Camps e intentar dar un vuelco en Educación. Sin embargo, tal y como desveló este periódico el pasado jueves, desde el Consolat de Mar se había sondeado a varias personas para asumir cargos de responsabilidad en Educación hace más de una semana. Una de las personas consultadas, una edil de un municipio vinculada al mundo educativo, rechazó la posibilidad de ser directora general o consellera en un departamento con un nivel de conflicto monumental. Según ha podido saber este periódico, otras personas consultadas por el Consolat fueron descartadas por el propio José Ramón Bauzá.

A las personas sondeadas no les aclararon si las querían para el cargo de conseller o para una dirección general. Los consultados pidieron qué posibilidades tenían de cambiar las políticas educativas, como es el caso del TIL. Al advertir que el Consolat quería llegar hasta el final con su apuesta de trilingüismo denostada por el colectivo educativo y suspendida por los tribunales dejaron claro que no estaban por la labor. También se apuntó la posibilidad de que una de las elegidas fuera Isabel Cerdà, actual directora general de Innovación.

Ante esta situación, y al constatar la imposibilidad de encontrar una persona con garantías y buena imagen que quisiera hacerse cargo del conflicto sin posibilidad de un cambio de rumbo en Educación, es decir manteniendo el TIL y a escasos 7 meses de las elecciones, se decidió elegir a Núria Riera. Quedó claro que el relevo estaba en marcha el pasado martes, cuando se conocieron los primeros varapalos judiciales contra el TIL. Los servicios de imagen del Govern rápidamente apartaron de la escena pública a Camps y llamaron a Riera para dar explicaciones y ponerse inmediatamente al frente de las operaciones.

La propia consellera de Educación sabía que tenía los días contados cuando el TSJB empezó a emitir sentencias en contra del TIL, pese a que le comunicaron oficialmente durante el día de ayer su salida del Govern. "Yo no era consellera cuando se puso en marcha el TIL", fue el mensaje envenenado de una Joana Maria Camps a un Bauzá que ya tenía la punta del bolígrafo afilada para firmar su destitución fulminante.

Pérdida de total de confianza

Este periódico desveló el pasado jueves que Bauzá había dado la orden de arrinconar a la menorquina. La confianza del president y del resto del Govern con Camps era mínima. Los diputados del grupo parlamentario del PP cruzaban los dedos cada vez que la titular de Educación tenía que intervenir en el Parlament o ante los medios de comunicación. De hecho, algunos diputados no disimulaban en público que Camps no daba la talla y así se lo hicieron llegar en más de una ocasión al propio president del Govern. Bauzá observaba que el conflicto se encarnizaba sin advertir una vía de solución. Las sentencias del TSJB precipitaron el cambio y Núria Riera, que ya sabía que sería la próxima consellera de Educación, asumió ese papel de manera extraoficial.

La escasa credibilidad de una Joana Maria Camps que solo era conocida por sus meteduras de pata, como el famoso "Trepitja" o "sa MoMa", no ayudaban a su continuidad. Los asesores de Bauzá consiguieron convencer al president de que era preciso un revelo en Educación y colocar a una persona con más personalidad. No podía ser acercarse a las elecciones de mayo con la consellera de una área tan delicada como la Educación con una imagen muy quemada y con el mínimo respecto de la comunidad educativa de Balears.

Para José Ramón Bauzá, pese a ensalzar su labor ayer por la mañana, Joana María Camps estaba del todo amortizada. La menorquina intentó en la tarde de ayer despedirse de los periodistas durante la toma de posesión de su sustituta. Sin embargo, los asesores del president Bauzá se lo impidieron y la ya exconsellera se quedó sin poder articular palabra. "Lo que tenía que decir ya lo ha dicho", argumentó una asesora.

Otros cambios en Educación

A primeras hora de la mañana de hoy Núria Riera tiene previsto reunirse con el equipo de la conselleria de Educación, desde el secretario autonómico, Guillem Estarellas, hasta el último director general y asesor. No obstante, se apunta que pueden producirse otros cambios de relevancia en la cúpula de la Conselleria en los próximos días. Fuentes cercanas a Riera aseguran que a la nueva consellera de Educación le gusta trabajar junto a un equipo de su máxima confianza y no son descartables relevos de calado.