Los empresarios de salas de fiestas y discotecas que ayer se reunieron con el president balear, José Ramón Bauzá, salieron notablemente satisfechos del encuentro, ante el compromiso adquirido por éste de que les ayudará a la hora de reivindicar un recorte en la presión fiscal que padecen, según manifestó el presidente de la asociación que agrupa a este colectivo, Jesús Sánchez.

No se trata de que el president del Govern vaya a interceder en su favor, sino que hará las gestiones necesarias para que los representantes de la citada patronal turística sean recibidos por el secretario de Estado de Hacienda y le puedan exponer directamente sus reivindicaciones, tras meses intentándolo sin conseguirlo, según reconoció Sánchez.

El problema radica en que el IVA que se aplica a salas de fiesta y discotecas es del 21%, pero a diferencia de lo que sucede en otros ámbitos, como cines, las bebidas que se consumen en su interior también están cargadas con ese 21% y no con el 10% que se aplica en la restauración. "Somos las únicas empresas del país que se ven obligadas a cobrar las cocacolas con ese recargo del 21%", lamenta el presidente de la citada organización empresarial.

El objetivo que se persigue es que aunque la entrada en la discoteca vaya cargada con un IVA del 21%, las consumiciones solo tengan una tasa del 10%.

Por otro lado, los empresarios de salas de fiestas expusieron a Bauzá su preocupación por el incremento que está teniendo la oferta hotelera del todo incluido, que en algunos casos es aplicada por establecimientos que se están quedando obsoletos y a un coste muy bajo, lo que atrae a una clientela que en ocasiones solo busca un acceso económico a las bebidas alcohólicas. La pretensión de esta patronal es que se fijen unos niveles mínimos de calidad en ese todo incluido.

También se abordaron las reticencias de este sector ante los beach clubs y los party boats.