Barcos a la venta, pisos que no valen nada, despidos por cientos, negocios en venta que nadie compra, pescadores arruinados, hoteles cerrados y familias enteras emigrando a regiones más prósperas. Ese es el paisaje que dibujaba el semanario ´The Economist´ al año de la explosión de la plataforma petrolera ´Deepwater Horizon´.

La que ya es considerada la peor catástrofe ecológica en la historia de Estados Unidos comenzó en abril de 2010 con una explosión que segó la vida de once operarios. La plataforma ardió durante dos días antes de hundirse a más de 5.000 metros de profundidad, a 80 kilómetros de la costa. El petróleo brotó sin freno durante 87 días, aunque durante nueve meses siguieron las fugas. Al final se derramó el equivalente a 5 millones de barriles de petróleo. Las costas de Florida y Lousiana fueron duramente golpeadas.

Al principio la ocupación hotelera se disparó con la llegada de personal para la limpieza, como en Galicia tras el Prestige. Después el sector pagó durante años los efectos. BP aceptó pagar una indemnización de 7.800 millones de dólares (5.900 de euros) a las empresas, instituciones y particulares afectados.