Las temperaturas en Balears registraron ayer una importante caída de unos cuatro grados. La máxima alcanzó los 26 grados en varios puntos de Mallorca, como por ejemplo Palma, y la mínima no superó los 20 grados en la mayoría de municipios isleños. Estas cifras del mercurio contrastan con las registradas desde el pasado miércoles que estaban en torno a los 31 0 32 grados y unos 22 de mínima, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

El cielo nublado y el viento del este, que en algunos puntos de Mallorca y Menorca llegó a soplar con mucha intensidad durante la jornada de ayer, fueron los causantes de este importante descenso de temperaturas. Está previsto que la caída de los termómetros continúe en la jornada de hoy con una predicción de temperaturas de 25 a 26 grados de máxima en la mayoría de localidades de Balears.

Lluc fue el lugar más frío de Mallorca durante la jornada de ayer. Los termómetros no superaron en el monasterio los 23 grados de máxima y los 17 de mínima. Se trata de unas temperaturas propias de otoño que en este caso se han producido en pleno mes de agosto. En el resto de municipios el mercurio estuvo entre los 26 y 27 grados. Es el caso de sa Pobla, Portocolom, Campos o Palma. En algunos puntos de la capital balear, como es el caso del aeropuerto de Son Sant Joan, se registró una temperatura máxima de 26 grados y una mínima de 19.

Para hoy y mañana se esperan chubascos moderados en toda Mallorca. Sin embargo, la AEMET advierte que en algunos puntos de la isla pueden llegar en forma de tormentas intensas. Por este motivo, Mallorca continúa en alerta amarilla por riesgo de lluvias fuertes. Las lluvias y la bajada de temperaturas en agosto no son nada buenos para la actividad turística en las islas.

Durante toda la jornada de hoy y mañana martes continuará el cielo nuboso en la práctica totalidad de los municipios mallorquines. Asimismo, se advierte de la posibilidad de chubascos hasta la mañana del próximo miércoles. La AEMET apunta que, a partir del próximo jueves, el tiempo volverá a ser el habitual de un mes de agosto.