Tras 20 años ocupando la secretaria general de la UGT en Balears, Lorenzo Bravo va a abandonar el cargo durante el próximo mes de septiembre. Ha asegurado a todos los que han querido escucharle que se marcha sin designar a su sucesor y que no quiere ser el "jarrón chino" del que hablaba el expresidente Felipe González, que nadie se atreve a tocar pero que solo estorba. Así que la responsabilidad del proceso sucesorio ha quedado en manos de los que se quedan. Y no parece que vaya a ser un camino fáci. Porque aunque se asegura que el sindicato no se va a convertir en una parodia de la serie televisiva Juego de tronos, en la que los apuñalamientos están a la orden del día, lo cierto es que comienza a percibirse el tenue brillo de algún acero que comienza a ser desenvainado.

La elección partía con un claro favorito: el candidato elegido por las federaciones de hostelería-comercio y de transportes. Ambas se van a fusionar a lo largo del próximo año y esta alianza supone el 40% del sindicato. El secretario general de la primera de ellas, Antonio Copete, es una de las figuras clave de la UGT balear y no oculta que va a ser él quien tome las riendas de la nueva organización que saldrá de la unión. Y dentro del sindicato se afirma que ya se ha comunicado que la máxima responsable de Transportes, Ana Landero, va a ser la candidata de esta alianza para sustituir a Bravo. Ella se refugia por ahora en el silencio bajo el argumento de que es demasiado pronto para hablar del tema, mientras que Copete reconoce que el nombre de su compañera es por ahora una posibilidad entre otras.

Pero la posible candidatura de la secretaria general de Transportes ha sido expuesta sin vacilaciones en el seno de la UGT y ha tardado muy poco en generar reacciones opuestas. En concreto, se reprocha a Landero que no haya sido capaz de poner fin a las conocidas e históricas divisiones internas que han caracterizado su federación. "¿Y si no ha sido capaz de poner orden en su casa, cómo va a dirigir el sindicato?", se pregunta alguno.

El diseño de la estrategia de Hostelería y Transportes cuenta con una segunda piedra en el zapato. Antonio Copete admite abiertamente que el actual secretario de Organización de la UGT isleña, Miguel Angel Carlos, no tiene cabida en el nuevo equipo. Y ello pese a que éste tiene defensores, que valoran la gestión económica que ha realizado. Unos atribuyen esa animadversión a problemas particulares del pasado, pero otros señalan deficiencias en la gestión de Carlos que no han trascendido.

En cualquier caso, los descontentos ante la posibilidad de que Ana Landero lidere el sindicato han fijado la vista en la segunda federación más poderosa: la de servicios públicos, liderada por Aurelio Martínez. También éste rechaza por ahora postularse como candidato, aunque su entorno subraya las peticiones que ha recibido en este sentido. Pero hay un mensaje que sí sale de dicha federación: Landero nunca será secretaria general con sus votos.

La respuesta a esa afrmación no se ha hecho esperar desde Hostelería: Balears es una comunidad autónoma con una economía sustentada en el turismo y en los servicios privados, por lo que no es bueno para el sindicato que su máximo responsable proceda del mundo de la Función Pública "donde no saben lo que es un despido y el peligro de perder el puesto de trabajo". De esta forma, se lanza también una advertencia tajante: bajo ningún concepto se aceptará a un secretario general procedente de la federación de servicios públicos, al menos con los votos de hostelería.

Eso ha llevado a que ya comiencen a perfilarse dos frentes, con defensores y detractores en cada caso. Y a buscar posibles alternativas de consenso. Aunque se planteó la posibilidad de que lo fuera la secretaria general de Construcción, Sonia Saavedra, de la que se destaca su "valía y recorrido", el hecho de que sea una recién llegada al cargo la descalifica para participar en la carrera. Por ello, no se oculta que el pacto podría salir de la elección de un "segunda fila" de la federación de hostelería, es decir, de alguno de los miembros del equipo de Antonio Copete.

¿UGT puede quedar en manos de un segunda espada? La respuesta se lanza con una sonrisa no exenta de cariño: Lorenzo Bravo ganó el congreso que le otorgó el liderazgo del sindicato en las islas cuando ni siquiera era el secretario general de Hostelería, sino solo su responsable de Acción Sindical. Y se va 20 años después.