Francina Armengol afronta su último año de mandato como los últimos meses para lograr que los ciudadanos avalen en las urnas su gestión como presidenta del Consell en esta legislatura. El sábado fue presentada oficialmente como candidata electoral insular del PSOE en un acto en el que estuvo arropada por el ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui. En su intervención, la dirigente socialista presentó a su partido como la alternativa a la corrupción de PP y UM. No obstante, en la entrevista que concedió ayer a DIARIO de MALLORCA, asegura que ella no se plantea la corrupción "en términos de beneficio electoral".

–¿Tendrá el Consell presupuestos para 2011?

–Presido un Gobierno en minoría y el presupuesto necesita del apoyo favorable o abstención de alguno de los dos grupos de la oposición. Ahora estamos negociando las grandes cifras y estoy luchando por tener aprobado un presupuesto. Es cierto que no pasa nada si hay que prorrogar el de este año, pero me parece más responsable tener un presupuesto aprobado, sobre todo por lo que se refiere a nuevas inversiones, que quedarían en el aire. Apelo a la responsabilidad de todos los grupos. Es un momento de crisis y dificultades y los políticos tenemos la obligación de dar confianza.

–¿No dificulta el acuerdo el que sea un presupuesto para un año electoral?

–Con Jaume Font como portavoz popular hemos llegado a acuerdos mucho más complicados para el PP, como por ejemplo la eliminación de las Areas de Reconversión Territorial en el Plan Territorial, que les suponía dar marcha atrás en lo que aprobaron. En cambio, en un momento de crisis para el PP sería aceptable asumir la responsabilidad de dar estabilidad al Gobierno que está en minoría.

–¿El clima de diálogo y acuerdo con Font puede romperse con el nuevo portavoz popular, Fernando Rubio?

–Hace muy poco que Rubio es portavoz y por ahora ha seguido la línea de acuerdos que había con Font, pero evidentemente en el PP hay mucho movimiento interno. Yo espero que la dirección del PP balear no de órdenes de parar acuerdos en el Consell.

–¿Cómo es posible que con la crisis que hay el Consell tenga superávit en 2009?

–Es que no hemos tenido superavit. La afirmación de Rubio de que sólo habíamos ejecutado el 25 por ciento es falsa. En junio se liquida el presupuesto de 2009 y ese mes supimos cuánto se había ejecutado, que fue del orden del 80 por ciento del presupuesto, lo que supone un elevado grado de ejecución presupuestaria. El remanente que quedaba se incorporó al presupuesto de 2010 y ya está gastado.

–Salvo los fondos del convenio de carreteras con el Estado

–El convenio se firmó en 2007 y hasta principios de 2009, que se nos dio la encomienda de gestión, lo tenía que adjudicar el ministerio de Fomento, que no hizo nada. A partir de 2009 hemos acelerado muchísimo. Con las adjudicaciones que haremos en 2011 estaremos al día de las anualidades del convenio.

–Dígame algo que haya hecho su Gobierno y que los ciudadanos puedan ver.

–Hay que romper el concepto de que el político que trabaja es el que hace grandes obras monumentales. Hemos invertido mucho en política social que no se ve y que ha supuesto 130 millones de euros anuales. Hemos hecho numerosas actuaciones en carreteras y en materia territorial ha sido una pequeña revolución, eliminando todas las Area de Reconversión Territorial, urbanizaciones como la de Es Guix, campos de golf con oferta complementaria o proyectos urbanísticos como Can Domenge. Y sobre todo, hemos puesto en valor nuestros paisaje, con la candidatura de la Serra de Tramuntana como Patrimonio de la Humanidad como la apuesta más emblemática.

–¿Para la Playa de Palma lo mejor era parar el proyecto de reforma?

–Era la decisión más adecuada. La cuestión urbanística tiene cosas que son discutibles y que vale la pena reconsiderar, no sólo por la presión vecinal sino porque hay que plantearse qué queremos hacer. La reconversión se tiene que hacer pensando en la identidad de Mallorca, no que parezca un complejo o un resort de cualquier sitio del mundo y creo que el proyecto daba un poco esa impresión. La gran mayoría del Plan es excelente, pero no en el tema urbanístico y en política está bien parar y reconsiderarlo antes de hacer algo que ya no tenga marcha atrás.

–¿No cree que ha habido suficiente tiempo como para haberlo hecho bien?

–Ha habido fallos por parte de todos. En el Consorcio estamos todas las administraciones públicas implicadas y todos los colores políticos del arco parlamentario. Hay que hacer un proyecto muy transparente, compartido, consensuado y que refleje la identidad de la Playa de Palma. Margarita Nájera tiene una experiencia dilatada y ha pilotado bien el proyecto técnico y el plan. Evidentemente algo se ha hecho mal para que antes de empezar haya habido esta revolución, pero el Consorcio somos todas las instituciones, no sólo Nájera, por lo que todos hemos fallado al faltar el diálogo y el consenso necesario. Eso es evidente.

–El PP de Bauzá le ataca más a usted que a Antich, cuando precisamente en el Consell ha sido más fácil llegar a acuerdos con los populares. ¿A qué cree que se debe?

–Quizá sea porque los adversarios de Bauza en su propio partido están en el Consell. No comparto ni respeto la posición de Bauzá con respecto al Consell, que es la institución más importante de la isla, representa la historia de este pueblo y es más antigua que la autonomía balear. Responde a la historia y al presente. Que ahora se dedique a cuestionar esta institución no me parece muy acertado.

–¿Se esperaba a Maria Salom como su rival del PP para las elecciones?

–Si no se lo esperaba ni ella, mucho menos yo. La candidatura de Salom nace de una pelea interna del PP y la mía nace de la unidad interna del PSOE. Estoy tranquila porque tengo la convicción de que el partido quería que yo fuera la candidata y eso te da fuerza. A Salom no le pasa lo mismo. Además ella está más alejada de la dinámica del Consell. De todas formas, a mí me daba más o menos igual a quién pusieran de candidato.

–Usted siempre dice que está orgullosa de pertenecer al PSOE como persona de izquierdas. ¿La reforma laboral de Zapatero responde a ese concepto de izquierdas?

–Es una reforma posible en un momento de crisis mundial y con la situación económica que vive el país. Desde luego, es más progresista que la que haría el PP. Zapatero ha tenido que lidiar con una crisis mundial y adoptar medidas difíciles, pero que distan mucho de las de Cameron en el Reino Unido y que son las que haría Rajoy aquí. En España se ha bajado un 5% el sueldo de los funcionarios. La propuesta de Cameron, que el PP dice que hará aquí, es despedir a 500.000 funcionarios.

–¿En que medida cree que pagará usted la crisis económica en las urnas?

–La situación económica es muy grave y es posible que haya la tentación de castigar a quien gobierna. Pero yo confio mucho en la inteligencia de la gente y en saber qué opción de gobierno necesita para cada institución. En las autonómicas y municipales no se votará a un candidato para que solvente una crisis mundial.

–Confiese que agradecerá que Zapatero no venga a apoyar al PSOE balear en la campaña electoral

–No es cierto. Zapatero sigue siendo un referente y un apoyo y mejor que venga en campaña. De hecho, va a venir.