El ministerio de Fomento privatizará las torres de control de todos los aeropuertos españoles salvo, de momento, las de Madrid, Barcelona y Palma, alertó ayer el sindicato de los controladores aéreos Usca. Tras la tregua del verano, han vuelto las hostilidades entre el gestor aeroportuario Aena y los profesionales. El trasfondo de la batalla encierra la disminución de costes que aborda la empresa pública, acuciada por una deuda millonaria. Según la información de la que disponen los controladores, Aena concederá la gestión de las torres a una unión temporal de empresas constituida por su filial de ingeniería Ineco y las constructoras ACS y Ferrovial.

Este paso conducirá, según el portavoz de Usca en Balears, Javier Zanón, a una precarización del servicio mediante la incorporación de trabajadores de ´bajo coste´ y menos formados. "Los profesionales que ahora operan en las torres pasarán a los centros de control y, a continuación, Aena presentará un expediente de regulación de empleo para quitárselos de encima. La mayoría no forma parte del cuerpo de funcionarios porque se incorporaró después de 1991", desgrana Zanón.

El enfrentamiento entre el gestor y sus trabajadores vivió ayer una jornada de alto voltaje. Aena envió a empleados de su filial Ineco para elaborar una auditoría de calidad en el centro de control de Torrejón, el más importante del espacio aéreo español. Usca interpreta esta maniobra como un intento de "colocar a ingenieros de Ineco como comisarios políticos". La tensión subió varios grados cuando, ante la negativa de los controladores a someterse a "esta presión", Aena amenazó con cerrar el espacio aéreo de Madrid.

"Lo que tendrán que hacer los ingenieros de Ineco y el Fiscal general del Estado es investigar las cuentas de la empresa. Entonces los pasajeros sabríamos por qué pagamos más que antes en concepto de tasas cuando los costes de navegación aérea se han reducido drásticamente", contraatacó Usca.