El hospital de Son Dureta, en sus últimos meses de actividad, probablemente a partir de septiembre, podría empezar a realizar trasplantes renales de órganos procedentes de donantes vivos.

El doctor Julio Velasco, coordinador de la unidad de trasplantes de Son Dureta, señala que "probablemente en el mes de septiembre podremos empezar a realizar injertos de órganos procedentes de donantes vivos. Tenemos la acreditación necesaria para hacerlo desde hace tiempo y, si empezamos tras el verano, podríamos terminar el año con dos o tres trasplantes realizados con órganos de donantes vivos".

La diferencia entre injertar un órgano de un donante de muerte encefálica y el de uno vivo radica sustancialmente en la calidad del riñón. "Es mejor realizar el trasplante de un órgano de una persona joven, que puede ser la madre u otro familiar del paciente con insuficiencia renal, a hacerlo de un donante de muerte encefálica. Estos, por norma general, son personas mayores, de bastante mas edad que el receptor", explica el coordinador de la unidad.

Y la donación en vivo es más "fisiológica", recalca el doctor Velasco. El donante vivo ha de ser una persona completamente sana para que su órgano puede ser injertado en el paciente. "No puede tener problemas de hipertensión, ser diabético o, por ejemplo, tener un cálculo en el riñón", precisa el especialista. Estos requisitos tan excluyentes no son requeridos para el donante de muerte encefálica.

"Además, la inmediatez de la donación en vivo permite al enfermo, por ejemplo, evitar la diálisis y las muchas complicaciones que ésta puede llevar aparejadas. Además, con un riñón se puede vivir perfectamente", recalca el intensivista.

Los pacientes con insuficiencia renal de Balears están de enhorabuena porque no han de aguardar listas de espera interminables antes de recibir un órgano. "Esperan un riñón unos dos años como máximo. Cada año tenemos una media de unos treinta y cinco donantes, lo que implica que disponemos de setenta riñones para trasplantar", revela el doctor Velasco, que añade que cada año "realizamos entre 45 y 50 injertos renales. En lo que llevamos de este, y estamos en julio, ya hemos intervenido a treinta personas".

En Son Dureta se comenzaron a hacer trasplantes renales de forma continuada en los años 90, rememora este veterano médico intensivista que ha coordinado la unidad desde sus comienzos.

"Desde el primer trasplante, en los años noventa, hasta la actualidad, habremos realizado unos 600 injertos renales. El pasado año hicimos 45", recalca el coordinador.

"En este periodo de tiempo habremos tenido unos 450 o 500 donantes, en muchos casos multiorgánicos. Los trasplantes hepáticos, cardíacos o pulmonares no se hacen en las islas, pero sí se puede afirmar que los riñones se han destinado exclusivamente a pacientes de esta comunidad, de ahí la corta lista de espera que tenemos", abunda.

Y la vida del injerto cada vez será mayor, pronostica el doctor Velasco. "La supervivencia media de un riñón trasplantado es de unos quince a veinte años. Pero en Medicina todo avanza rápidamente y la mejora de las técnicas quirúrgicas combinada con una mayor eficacia de los tratamientos inmunosupresores (para evitar que el cuerpo detecte que le han injertado un órgano extraño y actúe contra él) hará que la supervivencia aumente más aún en un futuro próximo", confía el doctor Velasco.

Un hecho que quiere poner de manifiesto el coordinador de la unidad de trasplantes del todavía hospital de referencia de las islas es que entre el veinte y el treinta por ciento del total de donantes anuales son de nacionalidad extranjera.

"El otro día se reveló un dato llamativo. De cada cinco tarjetas sanitarias de Balears, una es de un usuario extranjero. De la misma manera, casi uno de cada tres donantes es de esta nacionalidad, sobre todo alemanes e ingleses censados aquí. No obstante, al mismo tiempo, el mayor rechazo familiar a autorizar estas donaciones se produce precisamente entre las familias foráneas. El tanto por ciento más elevado de negativas familiares procede de las extranjeras", lamenta el médico, que considera que ahora se presenta una buena ocasión para intentar minimizar estos noes. El hecho de que sus compatriotas pudieran beneficiarse de estas donaciones debería servir para reducir estas negativas, en opinión del doctor Velasco.

"España es el país con más donantes del mundo. Y en 2005, con 41 personas que cedieron sus órganos en Balears, lideramos la clasificación nacional de ese año. El problema está en las negativas familiares, en las que tenemos un porcentaje ligeramente superior al de la media nacional, precisamente porque en nuestra comunidad tenemos un gran número de extranjeros. Mientras que en el conjunto del país un 15% de las familias se niegan a autorizar la donación, en Balears este porcentaje se eleva hasta casi el veinte por ciento", concluye el responsable esperanzado en revertir esta tendencia.

la mejora de las técnicas quirúrgicas combinada con una mayor eficacia de los tratamientos inmunosupresores (para evitar que el cuerpo detecte que le han injertado un órgano extraño y actúe contra él) hará que la supervivencia aumente más aún en un futuro próximo", confía el doctor Velasco.

Un hecho que quiere poner de manifiesto el coordinador de la unidad de trasplantes del todavía hospital de referencia de las islas es que entre el veinte y el treinta por ciento del total de donantes anuales son de nacionalidad extranjera.

"El otro día se reveló un dato llamativo. De cada cinco tarjetas sanitarias de Balears, una es de un usuario extranjero. De la misma manera, casi uno de cada tres donantes es de esta nacionalidad, sobre todo alemanes e ingleses censados aquí. No obstante, al mismo tiempo, el mayor rechazo familiar a autorizar estas donaciones se produce precisamente entre las familias foráneas. El tanto por ciento más elevado de negativas familiares procede de las extranjeras", lamenta el médico, que considera que ahora se presenta una buena ocasión para intentar minimizar estos noes. El hecho de que sus compatriotas pudieran beneficiarse de estas donaciones debería servir para reducir estas negativas, en opinión del doctor Velasco.

"España es el país con más donantes del mundo. Y en 2005, con 41 personas que cedieron sus órganos en Balears, lideramos la clasificación nacional de ese año. El problema está en las negativas familiares, en las que tenemos un porcentaje ligeramente superior al de la media nacional, precisamente porque en nuestra comunidad tenemos un gran número de extranjeros. Mientras que en el conjunto del país un 15% de las familias se niegan a autorizar la donación, en Balears este porcentaje se eleva hasta casi el veinte por ciento", concluye el responsable esperanzado en revertir esta tendencia.

LAS CIFRAS

45-50

Trasplantes anuales son los que realiza el hospital Son Dureta. En este ejercicio, a punto de concluir el mes de julio, ya se han realizado treinta intervenciones por lo que todo apunta a que, un año más, se cumplirán las previsiones.

450-500

Donantes han cedido sus órganos desde que se comenzaron a realizar estos injertos de riñón de manera continuada en el hospital de referencia de Balears, a comienzos de los años noventa. Los cedentes son multiorgánicos.

41

Personas donaron sus órganos en Balears en 2005 situando a las islas como la comunidad autónoma más solidaria de un país líder mundial en donaciones. En las islas, entre el 20% y el 30% de los donantes son de nacionalidad extranjera.