"El objetivo es convertir la Playa de Palma en un destino de balance de carbono cero, es decir que los turistas puedan compensar el gasto energético que tienen durante su estancia gracias a medidas de eficiencia energética", apuntó Fernando Camps.

"La primera actuación pasa por ahorrar mucha energía gracias a buscar la máxima eficiencia tanto en las edificaciones como en el transporte y en la residencia turística. La segunda actuación consistiría en compensar lo que efectivamente se gasta con producción de energía con fuentes renovables. Lo que aún no está claro es qué parte de esta energía generada de fuentes limpias se producirá en la isla y qué parte se generará fuera", señaló el responsable medioambiental.