Errores y aciertos

"Hemos sido víctimas del éxito,

hemos crecido demasiado"

"Tuvimos la suerte de coincidir con una época que no se repetirá, como fue la del boom económico y turístico de los años sesenta. Hemos tenido el mérito de sacar provecho de las circunstancias favorables que hubo en esta etapa. Desde los años sesenta a los noventa, toda la oferta tenía demanda y muchas veces una demanda excesiva. Ese ha sido el fracaso de nuestro éxito, hemos sido víctimas del éxito, hemos crecido demasiado. En aquella época solo tuvimos la habilidad de saber tomar los riesgos y tener la iniciativa para seguir la demanda que se produjo en Europa.

Otro aspecto a destacar es que en aquella época se reinvertían todos los beneficios generados y por esto hubo grandes oportunidades de expansión y crecimiento, que aprovechamos para pasar de una empresa pequeña a otra bastante más importante".

Expansión

"Con la segunda crisis turística decidimos

no continuar creciendo en España"

"La expansión geográfica supuso otra diversificación. En 1958 abrimos la primera oficina de la agencia de viajes en Eivissa, después en Menorca. La implantación comenzaba siempre con la agencia de viajes, lo que nos permitía llevar clientes a los hoteles.

Después de nuestro primer Pueblo de Palma, llegó el de Eivissa y después el de Benidorm, y finalmente el de Menorca en 1970 o 1971. Luego nos fuimos a Canarias, que tenía una temporada turística más consolidada todo el año, no como en Mallorca donde la temporada era de siete meses en aquella época y que, desafortunadamente, en este momento se limita a dos meses.

Durante la guerra del petróleo del 73 se produjo una minicrisis turística. Realmente la actividad bajó muy levemente, pero hubo un primer exceso de oferta. Duró muy poco tiempo y fue relativa porque pasamos de tener una ocupación del 90 por ciento a perder cinco o diez puntos.

Con mi hermano nos planteamos seguir innovando de forma internacional, pero no es hasta el 1979, con la segunda crisis turística, cuando decidimos no continuar creciendo en España e intentar algo interesante en el extranjero. Desde hace más de 30 años no hemos afrontado un proyecto propio vacacional en España, aunque hemos seguido expansionándonos con la compra de productos ya existentes que estaban en manos de los bancos a raíz de las crisis turísticas".

América

"Mi hermano hizo el camino a caballo

con un machete desbrozando el bosque"

"Por una de esas cosas sorprendentes, descubrí Bávaro en 1982. El Caribe en aquella época era como Mallorca en los 50. Vi una playa virgen en la que no había estado ni Colón, no había carretera, la arena parecía polvo de talco... Había un palmeral impresionante, un agua cristalina que no conocían ni los dominicanos. Era lo que buscábamos en aquel momento.

Llegué a los terrenos gracias a Gabito Ferrer, un dominicano hijo de mallorquines oriundos de Sóller que hablaba el mallorquín perfectamente. Me llevó en una avioneta Cessna monomotor, aterrizamos en un claro donde habían desbrozado el bosque. Después tuvimos que subirnos a una moto llevada desde Santo Domingo e ir por la playa. Mi hermano hizo el camino a caballo desbrozando el bosque con un machete cuando empezaron las obras.

Establecimos contactos con el gobierno dominicano para solucionar el problema de la carretera. Afortunadamente hubo unas elecciones que ganó el partido de un señor que un año antes había estado en Mallorca. Nos dijo que se había enterado de que éramos los propietarios de esos terrenos, que ellos ganarían las elecciones y que se ponía a nuestra disposición. En 1982 descubrimos que este señor, que se llama Fello Suberví, fue nombrado ministro, secretario de Estado en su terminología, de Turismo. Me entrevisté con él, me instó a comenzar a trabajar y me dijo que ellos se encargarían de la carretera.

Entre 1984 y 1985 construimos el primer hotel de 400 habitaciones. Lo inauguramos en febrero, ellos abrieron simultáneamente una carretera de tierra que se compactó con los camiones que transportaban el material. Los primeros clientes llegaron por una carretera sin asfalto, llena de polvo".

Éxito

"La inversión exterior ha aportado beneficios no solo a las empresas, sino a la sociedad mallorquina"

"La miopía de algunos periodistas y sindicalistas parece que aún no ha entendido que algunas empresas puedan invertir en el extranjero. No lo entienden ni después de 25 años de éxito que han demostrado la bondad del proyecto.

En primer lugar, la inversión exitosa en el extranjero consolida la empresa matriz. Gracias a estas inversiones hemos recuperado fondos que hemos reinvertido en Mallorca y España para renovar los hoteles antiguos.

Hemos ayudado a que las empresas españolas y mallorquinas amplíen sus posibilidades exportadoras. Hemos puesto muebles mallorquines en los hoteles, loza de Roca, grifería española, hemos exportado licores y vinos españoles...

Todos los que se instalaban en aquella época y en aquellos países eran de EEUU, por lo que puede decirse con propiedad que gracias a nuestras inversiones se exportaron muchos productos españoles al extranjero.

Pero también hemos hecho una promoción de empleo en España. Al desplazar directivos españoles tuvimos que fomentar empleo aquí para sustituirles. También creamos una gran cantidad de trabajo en países subdesarrollados y en países latinoamericanos con los que España tenía una deuda. Les hemos aportado divisas y les hemos pagado impuestos. Aun siendo verdad que tuvimos los primeros diez años de exoneración de la renta, abonamos otros impuestos y tasas aduaneras carísimas.

Ha llegado la hora de que se reconozca que la inversión en el exterior fue un éxito, un gran acierto que ha aportado beneficios no solo a las empresas, sino a la sociedad mallorquina, a la española y sobre todo a la sociedad de estos países".

Inquietudes

"Siempre he mantenido una crítica amistosa hacia los empresarios que no sienten la necesidad de asociarse"

"Siempre he tenido una cierta inquietud social. En 1962, cuando era un pequeño empresario, fui directivo del Mallorca, cosa que mucha gente no sabe.

Después participé en las organizaciones empresariales de las agencias de viajes y de la hostelería. Nadal Batle me invitó a participar en un consejo de la Universitat. Por las mismas razones participé en la creación de un periódico porque creí que había una oportunidad para actuar en este campo. Nunca lo contemplé como un negocio.

En 1977 los empresarios quedamos desmantelados. Un grupo nos reunimos en la Cámara de Comercio, decidimos constituir la CAEB y me eligieron presidente. Simultáneamente participé en la creación de la Asociación de Cadenas Hoteleras y en la de agencias de viajes, Aviba. A raíz de estar en CAEB se publicó un decreto para constituir sociedades de garantías recíprocas, algo novedoso aquí, pero que tenía cuarenta años de existencia en Francia. Decidimos entrar y me convertí en presidente porque había sido su impulsor.

Desde siempre he pensado que hay que ser participativo en la sociedad. También me requirieron del Club Náutico y después de retirarme de mi actividad empresarial fui su presidente desde 1995 a 2003.

Siempre he tenido una cierta iniciativa social y mantenido una crítica amistosa, pero crítica al fin y al cabo, hacia los empresarios que no sienten la necesidad de asociarse y defender los intereses comunes con una actividad colectiva. La sociedad civil es pobre porque el ciudadano español y mallorquín no siente la necesidad de asociarse en defensa del patrimonio, de ser la voz de la sociedad, etc".

Empresario

"Es importante reinvertir. Hasta casi

la jubilación no hemos tenido patrimonio propio"

"Un empresario debe tener iniciativa; una gran capacidad de carga de trabajo, ser el primero en llegar y el último en irse; ser capaz de conducir equipos humanos y una cierta intuición para compaginar riesgo y prudencia. En algunos momentos no queda más remedio que lanzarse al agua sin saber si hay una roca. Todo ello acompañado de un proyecto, de un producto, de una empresa, de una investigación... El empresario debe tener una actitud de aprendizaje continuo. Cuando crees saberlo todo, fracasas.

También es importante reinvertir. Hasta casi la jubilación no hemos tenido patrimonio propio. En el momento de la jubilación fue cuando nos planteamos tener un cierto patrimonio personal, una cuenta bancaria con algunos ahorros. Todos hemos sido testigos del empresario de éxito que se compra la casa y el barco y se dedica a vivir y no a renovar la empresa, los cuadros directivos y a invertir. Creo que muchos de los fracasos han venido por eso.

Es inevitable que el empresario sufra algunos reveses. En algunos momentos nos creemos demasiado listos y fracasamos. En un momento determinado invertimos en una empresa de conservas vegetales en Mallorca que en teoría nunca podía ir mal. Eramos la única empresa de este tipo de la isla y todos los hoteles compraban estos productos. Sin embargo, las empresas españolas y las murcianas en particular tenían tanta capacidad de producción que hicieron dumping en Mallorca, vendieron por debajo del coste y tuvimos que cerrar.

He sido capaz de tener los sentidos abiertos para aprender. No me considero inteligente, solo normal, con valor para afrontar riesgos, una cierta capacidad de mando y de saber diferenciar ingresos y gastos para que produzca una rentabilidad. Llegamos a la hostelería sin tener ni idea e intentamos aprender. A los cuarenta años hice mi única formación específica en el IESE de Barcelona".

Vida

"[Desde la Fundación Barceló] damos servicio

a más de 60.000 personas al año"

"En el aspecto familiar he sido muy afortunado. He encontrado la mujer que me ha ayudado toda la vida sin pedir nada a cambio. La conocí con 17 años y ha sido una gran compañera. He tenido la suerte de tener seis hijos que me han dado muchas alegrías y pocos disgustos, por no decir ninguno.

A veces nos han criticado por nuestra escasa vida social, pero no había más tiempo que para la empresa y la familia.

He tenido una cierta visión trascendente en mi trayectoria gracias a mis creencias religiosas. Soy cristiano católico y creo en un más allá y en un Dios trascendente. Esto me ha ayudado a situar las cosas en su terreno, tener una ética sin fisuras, que he procurado que fuera responsable de mis actos en concordancia con estas creencias.

Desde mi jubilación, hace 16 años, dedico mi actividad a la fundación. Tenemos un presupuesto de recursos propios de entre 1,5 y dos millones de euros anuales. Damos servicios a más de 60.000 personas al año en cuatro campos de actividad.

Uno es la salud, ofrecemos consulta médica y medicinas gratis a pacientes de cuatro países latinoamericanos y algunos africanos. Creemos que la educación es una necesidad de la persona y le dedicamos una tercera parte de nuestro presupuesto. Damos oportunidades de estudio a gente pobre y formamos profesores para que eduquen mejor. Emprendemos una actividad de desarrollo económico personal, básicamente a través de los microcréditos, a los que dedicamos alrededor del 20 por ciento de nuestro presupuesto. Casi siempre son mujeres con actividades muy primarias, como poner una tienda en su casa o una peluquería. Al mismo tiempo, intentamos ayudar para que los más necesitados accedan a una vivienda modesta. También en el campo de la salud patrocinamos dos proyectos de investigación. Uno, dirigido por el doctor Félix Grases, es una investigación sobre calcificaciones en los pacientes dializados por enfermedad renal. El otro es una investigación realizada por la Fundación Caubet-Cimera, sobre la EPOC como factor de riesgo cardiovascular.

La mayor parte de los recursos los destinamos a países pobres, por eso nuestra actividad en Mallorca es menos conocida. Nos dedicamos a América Latina y Africa porque es donde hay más necesidad. Con América Latina mantenemos una relación comercial, pero también actuamos en Bolivia, Honduras, Haití, Perú, Colombia... donde no tenemos presencia empresarial.

Durante 2008, hemos trabajado y financiado 59 proyectos en 18 países".

Futuro

"Respetemos la economía de mercado, pero hay que

desincentivar la construcción cuando es necesario"

"Creo que en Mallorca, en España y en ciertos países del Caribe hemos sido víctimas de nuestro éxito. El gran progreso que hubo entre el 60 y el 90 ha hecho que nos emborrachásemos de éxito y crecido excesivamente.

El exceso de oferta ha creado varios problemas. Por un lado, en poco tiempo se ha consumido la gran demanda existente, lo cual significa que se reduce el periodo de actividad con los perjuicios que ello conlleva, no solo para el empresario, sino también para el empleo y para las arcas estatales. Al reducirse los ingresos debido al exceso de oferta, se recaudan menos impuestos. Antes había gente que no podía venir a la isla porque no encontraba plaza, algo que no ocurre desde hace más de veinte años. Precipitamos la oferta y eso ha producido un deterioro de los ingresos. La hostelería mallorquina vacacional tiene unos precios con los que muchos hoteles pierden dinero o tienen una rentabilidad casi inexistente.

Otro efecto negativo es que la falta de ingresos ha perjudicado al Estado, que hizo todo lo posible para promocionar la oferta. Los empresarios también tuvimos culpa, pero todos los gobiernos de todos los signos promovieron la oferta, motivando a los empresarios, ofreciendo créditos baratos o no poniendo límites a las normativas de construcción. Se construyó mal y en exceso.

Por eso hoy las cosas están muy mal. A eso hay que sumarle la crisis. Mi impresión es que no es cuestión de meses, como dice Zapatero. Creo que es una crisis que va para largo, que no dominamos y que dependerá de la recuperación de otros países. Contamos con un activo: el turismo hoy en día es una actividad necesaria para la persona.

Una parte de la oferta está obsoleta y los políticos deberán reconvertirla o eliminarla. Pero también hay oferta que se ha renovado. La mallorquina y española es buena, pero tendremos unos años muy difíciles.

Es increíble que nunca aprendamos del pasado y este mismo problema se está reproduciendo en el Caribe. Dominicana y un poco Cuba ya sufren un problema de exceso de oferta y después vendrán México y otros países. Está muy bien que respetemos la economía de mercado, pero hay que desincentivar la construcción cuando es necesario".

Relevo

"Los actuales dirigentes lo están haciendo

mejor que la anterior generación"

"Nuestra empresa familiar no corre el riesgo de desaparecer en la tercera generación. Podemos decir que los actuales dirigentes [Simón Pedro Barceló Vadell y Simón Barceló Tous] lo están haciendo mejor que los anteriores. Uno de los grandes éxitos que hemos tenido mi hermano y yo ha sido la capacidad de afrontar el traspaso generacional de una forma eficiente y exitosa. Confío en que nuestros descendientes, todos, no solo los que están al frente, porque la mayoría no participan más que como accionistas, les den apoyo y que continúen el éxito. En nuestro caso no tiene por qué cumplirse la maldición que afecta al 90 por ciento de las empresas familiares que desaparecen en la tercera generación. Los padres tienen que saber retirarse a tiempo y los hijos deben ser responsables y estar preparados para tomar el relevo y corresponder al reto que tienen planteado".