El coordinador estatal de UGT de Spanair, Guillermo Villalonga, analizó "positivamente" la venta de la compañía a una sociedad participada por instituciones y empresarios catalanes, aunque se mostró preocupado porque su sede social se pueda trasladar de Palma a Barcelona.

Por su parte, la diputada balear del PP Mabel Cabrer criticó que el Gobierno catalán, del mismo "color" político que el balear, "a la hora de la verdad perjudique a las islas" con la compra de Spanair por parte de una sociedad en la que participa. "Es evidente que los catalanes han ido a lo suyo y les ha importado muy poco perjudicar a Balears", argumentó.