La crisis que desde el pasado verano afecta al sector de la vivienda ha generado ya muchas bajas en Balears. El presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de las islas, José Oliver, cifra en torno al millar el número de empresas que se han visto obligadas a cerrar sus puertas a causa del fuerte descenso de las ventas. Pese a las repercusiones que esta situación puede tener en el empleo, Oliver considera que existe un elemento positivo, como es el que el mercado se esté limpiando de "porquería", con la desaparición de sociedades de bajo perfil profesional y que durante los últimos ejercicios han protagonizado "muchos abusos".

El presidente de los API de Balears señala que durante los años del boom en la adquisición de viviendas las islas llegaron a contabilizar unas 3.000 agencias de mayor o menor tamaño que se dedicaban a la intermediación. Según los cálculos del Colegio balear, en este momento pueden haber desaparecido ya alrededor de un 40%, tanto fruto del recorte de oficinas y franquicias de firmas nacionales, como Fincas Corral o Century 21, como del cierre de una parte importante de los despachos que se abrieron, algunos sin apenas personal, para aprovecharse de la fuerte expansión del sector y que en muchos casos no se duda de acusar de intrusismo y de haber cometido "abusos" con sus clientes.

José Oliver indica que las empresas más profesionales son las que están soportando mejor los meses de crisis que se han abierto, y señala como prueba que entre el personal colegiado se ha registrado un incremento de 25 oficinas.

Este ultimo aumento se ha dado pese a reconocer que en estos momentos las operaciones de compraventa que se formalizan en el archipiélago son entre un 40 y un 50 por ciento inferiores a las que se daban 12 meses atrás, cuando todavía se vivía la euforia en el mercado.

Demanda insolvente

Según el presidente de los API isleños, sigue existiendo una fuerte demanda de pisos en Balears, pero de carácter insolvente, es decir, que no puede pagar los altísimos precios que se reclaman.

Y el problema es que los propietarios de las viviendas, salvo casos excepcionales, se resisten a rebajar las cantidades económicas que reclaman por ellas, pese a que en una gran parte se trata de precios sobredimensionados por la facilidad con que se cerraban las operaciones de compra-venta hasta hace medio año.

En opinión de José Oliver, la crisis se va a mantener al menos hasta el segundo semestre de 2008, momento para el que se espera una paulatina recuperación, en parte favorecida por las ayudas que el Govern ha anunciado. Sin embargo, se admite que muy difícilmente se van a recuperar los intensos niveles de actividad que se han mantenido durante los últimos ejercicios.