Joan Flaquer es la persona que remitió las facturas del complejo sexual Rasputín a Rosa Estaràs para que la vicepresidenta les diera entrada en el Parlament. El conseller de Turismo firmó, de su puño y letra, que el alterne y el descorche "han sido pagado a cargo del presupuesto de la Comunidad". También los definió como gastos de "las autoridades y funcionarios que participaron en el viaje". Había siete tiques de entrada al club erótico para seis expedicionarios.

Si Flaquer no estaba en el Rasputín, no se entiende la necesidad del Govern de Matas de insistir en que president y conseller habían regresado juntos al hotel, cuando cuatro testigos sólo vieron y departieron con el primero, mientras ocurría el descorche. Ayer mismo, el titular de Turismo insistía, en un encuentro con hoteleros de Cala d'Or, en que la suya era la versión real

Atendiendo a la versión de los testigos a la puerta del Kempinski, Matas procedió al encubrimiento de su conseller y amigo. Sin embargo, el president estableció una cautela en la tarde del pasado jueves. Una vez descubierto que su Govern cargó facturas de alterne, declaró en Deià que "he cenado y me he ido al hotel". La utilización del singular desmiente la retirada a dúo de las tentaciones del Rasputín. Según los mallorquinistas que departieron con el president, "en ningún momento se nos ocurrió pensar dónde estaba el resto de la expedición. Hasta ahora, claro".