- Que con la llegada a s’Arenal de turistas desosos de pasearse por Palma, los vecinos del Coll d’en Rabassa y el Molinar ya vean pasar autobuses de la línea 35 llenos hasta los topes y que no se detienen en las paradas.
- Que se cuenten por cientos los visitantes japoneses que estos días pueden verse por los alrededores de la Catedral.
- Que el secretario de los artistas visuales Alex Ceball haya calificado la escultura de José Dávila donada por la Galería Kewenig a Palma como «cuatro vigas y una piedra», una descripción ramplona impropia de un representante de una asociación de creadores.
- Que el suelo de s’Hort del Rei presente abundantes piedras sueltas, con el peligro que eso conlleva para los caminantes.
Más por menos
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