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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
EFE/ Ballesteros
Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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Y por fin dio inicio una de las semanas más intensas de la agenda social isleña, con la Copa del Rey Mapfre de Vela, que como era de esperar se ha solapado con numerosos eventos como si fueran capas de una caja de galletas Cuétara; terrible para los que queremos ir a todas las fiestas para luego contároslo. Una servidora lleva un tiempo, ya no se sabe si curtida o encurtida, en los menesteres eventiles, pasearse y socializar tiene su aquel, te hace volverte sobre todo observadora; si encima te gusta la sociología, los eventos dan para un gran análisis. Resulta y resalta que estos últimos días por reuniones, fiestas y exposiciones hemos podido ver a los nuevos representantes institucionales que se estrenan en nuestras islas, resulta curioso como algunas personas al tener un cargo cambian, sí, lo he dicho bien, cambian, pasan de saludar con amabilidad y cariño a poner sana distancia, supongo que quieren evitar verse en la tesitura de escuchar la frase «qué hay de lo mío» tan común en estos días. Desde ya sugiero no hacerlo, no se vaya a repetir el abismo de otros tiempos. Ahí lo dejo.
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