Es uno de los grandes personajes de la era moderna del Real Mallorca, el portero internacional Ezaki Badou, quien fue uno de los fichajes estelares de la presidencia de Miquel Contestí, en el histórico regreso del conjunto a Primera División tras haber estado a punto de desaparecer. El cancerbero marroquí, muy querido en su día por la afición rojilla y considerado entonces uno de los mejores guardametas del mundo. También fue el autor de uno de los episodios más rocambolescos que han permitido los cien años de la historia del Real Mallorca. Coincidió en octubre de 1991, cuando el el cancerbero desapareció durante dos semanas. Una espantada que supuso el principio del fin de su etapa mallorquinista y dejó en evidencia su pésima relación con Llorenç Serra Ferrer, por entonces entrenador y el profesional con más peso en la gestión y organización deportiva del club.

Ezaki Badou se dio a conocer internacionalmente en 1986, con su gran actuación en el Mundial de México. Una revelación que le permitió disfrutar de multitud de ofertas para su fichaje por parte de destacados equipos europeos, aunque fue el Real Mallorca el que se llevó el gato al agua y logró su traspaso del WAC Casablanca. Con 27 años de edad, en la temporada 1986-1987, Ezaki Badou debutó en la Primera División española con un Real Mallorca recién ascendido, que aquella temporada concluyó sexto en la clasificación y con Enrique Magdaleno como primer goleador español, ocupando la tercera posición en la clasificación del Pichichi, con 19 goles, ante los 34 del mexicano Hugo Sánchez, con el Real Madrid, y los 20 tantos a cargo de Gary Lineker, con el Barcelona.

En los seis años que Ezaki Badou permaneció bajo la disciplina rojilla jugó 161 partidos de Liga y fue subcampeón de la Copa del Rey, en 1991. Siendo uno de los protagonistas destacados de la final en la que el Mallorca claudicó ante el Atlético de Madrid, en unode los grandes encuentros disputados por los rojilllos a lo largo de su centenaria trayectoria. Ya en la segunda temporada de Ezaki con los bermellones, el equipo descendió, pero logró el ascenso justo al año siguiente (1989), en el que él fue reconocido con el Trofeo Zamora de la Segunda División A. Y en su última temporada en la isla, marcada por su desaparición a lo largo de dos semanas, el Real Mallorca terminó descendiendo a Segunda A. En ese año, el 1992, fue cuando Ezaki Badou regresó a Marruecos, afrontando una última temporada como portero profesional en las filas del FUS Rabat.

Tras numerosos episodios de desavenencias, el choque entre Ezaki Badou y Llorenç Serra Ferrer se resolvió con la salida del club del portero, anunciada el 28 de octubre de 1991, mediante un escueto comunicado oficial por el que el club hizo pública la decisión de ambos “para resolver de forma definitiva el contrato profesional”. Una salida que se convirtió en la solución a la desaparición, sin explicación ni aviso previo, de Ezaki Badou por espacio de dos semanas. Una huida que tuvo como destino la ciudad de Casablanca y según mantuvo el propio cancerbero se debió “a un problema muy grave y familiar”. Sin embargo, posteriormente se conoció que, días antes de abandonar la isla con destino Marruecos, Ezaki Badou realizó una importante compra de cartuchos para su escopeta de caza en una popular armería de la palmesana Porta de Sant Antoni. Con lo que se concluyó que durante su desaparición el portero se dedicó a sus aficiones cinegéticas y no a nada relacionado con su familia.