“A pesar de las encuestas parecía bastante evidente que la repetición de las elecciones era un fracaso de la izquierda. Millón y medio de votantes nos responsabilizan de ello”
Unidos no pudieron y aquel que ya lo había advertido declara inauguradas unas largas jornadas de reflexión. El “ya lo dije yo” de Gaspar Llamazares es a urna pasada una constatación de la falta de “encarnadura” que lastró a la “fusión fría” Unidos Podemos, de su asimetría, su ausencia de fondo político y su inoportunidad.
-Tenía razón. ¿Espera que ahora le hagan más caso?
-No espero que me hagan la ola, porque lamento haber tenido razón. Yo creo que a pesar de las encuestas y de la burbuja que supone la campaña parecía bastante evidente que la repetición de las elecciones era un fracaso de la izquierda en su conjunto. Sobre todo del PSOE, pero también del resto. Y el impacto electoral es la pérdida de millón y medio de votos. Estaba claro que viniendo de la confrontación de diciembre, la coalición era un proceso exprés, una alianza más oportunista que de fondo, desprovista de contenido político, programático y social. Ésos son los factores fundamentales, aparte de la campaña. Coincido con Monedero: él dice que ha sido hueca, a mí me pareció desconcertante. Pasamos de ser del 15-M a Zapatero y de la izquierda transformadora a la socialdemocracia, y en campaña no se puede abarcar todo sin despistar.
-¿Qué habría que haber hecho de otro modo?
-La gestión de los resultados del 20-D. El PSOE se fue a la derecha, Podemos se centró en discutir del Gobierno y no del programa y el resultado fue la repetición electoral. Millón y medio de votantes nos responsabilizaron de ese fracaso.
-¿La coalición está amortizada?
-La coalición ya está hecha, formamos parte del mismo grupo parlamentario e ir al mixto no es la opción. Reflexionar y rectificar, sí. Reflexionar sobre la estrategia política en esta nueva andadura, saber si va a seguir consistiendo en ponerse zancadillas o va a buscar una alternativa de izquierdas. En cuanto a la coalición, hay que darle una verdadera naturaleza de tal, no de sumisión o de alianza instrumental. Que se note la composición plural, que incluya la identidad de IU y su portavoz tenga voz en el parlamento. Que haya un subgrupo parlamentario y un protagonismo dentro del grupo de Unidos Podemos, porque hasta ahora es un collage de fuerzas territoriales y políticas donde cabe desde el referéndum de Cataluña hasta la socialdemocracia y un candidato que fue militar de la OTAN. El problema no es que yo diga que la alianza está viva o muerta, sino que se la mire por sus resultados. Que no es que sean insatisfactorios, es que son muy malos. Ha sido una experiencia fallida, lo cual no quiere decir que no considere prioritaria la confluencia.
-Garzón sostiene que los resultados habrían sido peores para los dos por separado, ¿Lo comparte?
-No. No soy futurólogo, sólo comparo el resultado con nuestros objetivos. El mínimo era sumar los votos de las fuerzas coaligadas y se ha perdido millón y medio. Es evidente que ha fracasado. Puedo prever que Podemos estaba a la baja por su mala gestión del resultado electoral e IU al alza exactamente por lo contrario. No se por qué lo dice, pero me parece frívolo establecer la comparación con lo que pudo haber sido y hacer historia ficción.
-¿Echa de menos la autocrítica?
-Hasta ahora no ha habido ninguna después de las elecciones. Brilla por su ausencia. Decir que tenemos 71 diputados y estamos a 200.000 votos del PSOE no sirve de nada si no analizamos qué ha ocurrido. Fue una fusión fría, asimétrica, que no trataba a la pluralidad y no movilizaba todo el electorado de IU.
