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LA PRÓRROGA

"Errejón es un fenómeno"

Quién dijo que un abogado no podía ser inteligente. El más sabio de todos ellos, "nel mezzo del cammin di sua vita" a sus setenta años, me enviaba a las nueve de la noche de ayer un mensaje esclarecido. "Querido amigo, desde que Felipe tenía aquellas preciosas manos (muy superiores al careto), no había ido a un acto político. Ni siquiera los sigo en los medios. Hoy me han llevado a ver al pueblo entusiasmado, ¡qué le vamos a hacer! Solo quiero compartir contigo que Errejón es un fenómeno. Lo demás, intercambiable, pero hay ambiente. Intentaré tomar una cerveza con él, desde mi posición falangista. A ver qué pasa". Omite a Mònica Oltra, siempre arriesgó a misógino.

Les he transcrito la traducción más exacta imaginable del fenómeno Podemos al mallorquín. Le guste o no al PSOE, la prolongación de Felipe medio siglo después se llama Pablo Iglesias, cambio cuero de chaqueta por pelo de coleta. ¿Qué prodigio ha devuelto, a los corrales de mitines masivos como el de ayer, a quienes abanderaron la transición de los setenta? El comentario lógico sería que el partido emergente ha copiado los mejores trucos de populares y socialistas. Es justo al revés, la porción más despierta del PP imita sin sonrojo la dialéctica de Podemos.

"Aquellas preciosas manos de Felipe". Es decir, el retorno de la atracción física, el contacto cuerpo a cuerpo que degradan a populismo quienes paradójicamente ostentan el apellido "popular". En cuanto "al pueblo entusiasmado", ya Iris Murdoch defendía la "filosofía habitada". Pues bien, la bandada de Podemos ha puesto en práctica la "política habitada", la ilusión de que los poderes de decisión pueden ser arrebatados a quienes pasaron de ostentarlos a detentarlos.

Un mallorquín no se asombra jamás, solo aplaude para no llamar la atención por su inmovilidad, descree absolutamente de los profetas. Cuando un mallorquín concluye que "Errejón es un fenómeno", jerarquía que solo a regañadientes concedería a Rafel Nadal o a Miquel Barceló, es porque el número dos de Podemos maneja los argumentos con la habilidad de un prestidigitador. Me he sentado ante el televisor con una idea preconcebida, que el portavoz parlamentario de Podemos disolvía en un minuto de pausada intervención. Simplemente, es el político más deslumbrante desde Alfonso Guerra, puestos a que la comparación sea hiriente para ambas partes. No cometan el error de aprovechar el elogio para colocar a Errejón sobre Iglesias. Disfruto más con el pensador Berto Romero que con Buenafuente, pero siempre que el primero aparezca en el programa dirigido por el segundo.

"Hay ambiente". Un mallorquín es demasiado educado para calcular en diputados. Podemos congrega hoy en Mallorca a más gente que el PP, un partido inventado a medida de la idiosincrasia insular antes de que fuera pervertido por Bauzá. Los mitines no se traducen en votos, pero siempre funcionan aquí como un indicador. El grupo salvaje de Iglesias regresa a la península con tres diputados. O como se diría en el furtivo idioma mallorquín, "hay ambiente".

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