La riqueza que el turismo genera en Mallorca debe de superar los límites del sector y alcanzar al conjunto de la sociedad isleña, y para ello, más que sumar nuevos clientes (sin renunciar tampoco a mejorar en este ámbito), lo que se necesita es multiplicar, es decir, elevar el valor del producto turístico mallorquín mediante una apuesta por la productividad, la innovación y, en definitiva, por la calidad, con el resultado de un crecimiento de la renta per cápita. Con este mensaje acudió el pasado miércoles al Club Diario de Mallorca la presidenta de la federación hotelera de la isla, Inma Benito, que pronunció una conferencia bajo el título Sumar o multiplicar, ¿qué elegimos?, en un acto patrocinado por Deloitte, Dome, Endesa, Sanitas y Prosegur.

En economía, el orden de los factores sí importa, según defendió Inma Benito, y al hablar de crecimiento económico, el resultado no es el mismo en términos de bienestar de los ciudadanos. Porque es mejor multiplicar 1 por 3 que 3 por 1, si el primer número corresponde al número de turistas y el segundo al valor del producto. Balears tiene un problema, según reconoció la presidenta ejecutiva de la patronal hotelera, porque está aumentando la presión ambiental y se está erosionando el bienestar de sus ciudadanos, que se están empobreciendo. Es decir, se suman volúmenes, pero no se multiplica valor. "Y eso no tiene nada que ver con subir salarios, porque eso solo se puede hacer cuando aumenta la productividad", subrayó. El año 2016 aporta, en su opinión el ejemplo más claro: los turistas extranjeros han crecido un 11%, las pernoctaciones hoteleras un 7%, un 10% las pernoctaciones no regladas, un 10% el gasto turístico, un 15% las matriculaciones de automóviles, un 22% las transacciones inmobiliarias... pero la riqueza por habitante solo lo ha hecho un 2,4%, por debajo de España y de Europa.

"Parece que lo estamos haciendo bien, pero no somos capaces de recuperar los niveles de bienestar que teníamos en el año 2000", sentenció. Inma Benito destacó que actualmente hay dos opciones sobre la mesa: la primera, rechazada por los hoteleros, es la de decrecer en número de visitantes alegando términos como "saturación", lo que está sirviendo para cuestionar al turismo. En su opinión, esta fórmula supone decrecer en producción, en consumo, en generación de empleo y en infraestructuras, y la presidenta hotelera consideró que los que la defienden no han calculado el impacto que eso iba a tener sobre los ciudadanos. La segunda vía, defendida por los hoteleros, es la de multiplicar, es decir, incrementar el valor del producto balear y ganar en competitividad, de forma que también se impulsen los niveles de bienestar.

Para ello, los hoteleros reivindican un marco institucional "basado en el conocimiento, que ordene la actividad turística y contribuya a frenar el intrusismo y la economía sumergida, que genere un entorno de confianza para la inversión, que facilite la mejora de la productividad y la innovación turística, y que asegure la sostenibilidad del destino". Los retos, según la presidenta hotelera, son la mejora continua y, sin renunciar a la cantidad, elevar la calidad.

Para ello, la estrategia es mejorar la rentabilidad empresarial; elevar la inversión tanto pública como privada (como ya están haciendo los hoteleros, según recordó); apostar por la innovación y la tecnología; ligar el turismo a la agricultura, a la educación, o a la sanidad; e impulsar el gasto turístico. "La prioridad de todos debería ser generar valor social", remató, con una recuperación de los niveles de renta por habitante.

Pero a ello añadió otras prioridades, entre las que incluyó la necesidad de mejorar la imagen del sector, "todo lo contrario a lo que en muchos foros se trabaja". Y reivindicó una política turística integral en la que trabajen todos los sectores. "Más no es mejorar, menos tampoco, pero multipliquemos juntos", concluyó,

Intervención de los asistentes

Tras la conferencia de Inma Benito, los asistentes se encargaron de poner sobre la mesa algunos de los temas que más debate han generado durante los últimos meses. El primero, el alquiler turístico. Según la presidenta hotelera, "lo único que se tiene que hacer con el alquiler vacacional es controlarlo", dado que se trata de una actividad regulada en las islas desde 2012, en una norma que establece el tipo de viviendas que se pueden comercializar. Por ello, en su opinión el actual Govern está elaborando una legislación encaminada "a regular lo que ya está regulado", y reprochó que no se esté controlando esta actividad con la normativa actual, al tiempo que vaticinó que tampoco se va a hacer con la nueva. El problema es que, en su opinión, la nueva regulación va a favorecer la especulación, al dejar en manos de las entidades locales la elección de las zonas en las que esta actividad estará permitida, algo que calificó como "urbanismo a la carta".

Inma Benito reivindicó de nuevo una política turística integral, en el que todas las patronales remen en la misma dirección. En este sentido, lamentó que desde algunos organismos su apuesta parezca destinada a dividir. "Los únicos que tras las reuniones dicen lo mismo fuera que dentro son los empresarios hoteleros, el resto tiene discursos ambiguos... Estamos en una lucha de egos permanente que perjudica a Balears".

A la hora de atraer talentos para que trabajen en Mallorca, la representante empresarial recordó que el hecho insular es un inconveniente en este tema, que se ve agravado por una apuesta en favor de la "especulación", donde "todo lo que tiene una cama se alquila". Eso dificulta que profesionales del ámbito de la sanidad, la educación o del turismo puedan desplazarse al archipiélago debido a las graves dificultades con que se encuentran a la hora de acceder a una vivienda, añadió.

Frente a las críticas de algunos tour operadores sobre el encarecimiento que se ha dado en el producto turístico de las islas, la presidenta hotelera fue tajante: "Balears nunca más puede volver a competir en precio. Debe de hacerlo en innovación, tecnología, en calidad. Si queremos recuperar los niveles de bienestar que teníamos, jamás podemos hablar de competir en precio, ni con los tour operadores ni con nadie", incluso cuanto Turquía o Egipto mejoren su actual situación. Y garantizó que los hoteleros "no están por eso".

En relación a la buena coyuntura actual, en parte generada por los problemas de otros destinos competidores, Inma Benito consideró que no es el único factor que explica el éxito de las islas,y defendió la actuación empresarial que se está desarrollando, en especial por parte de los hoteleros, un sector que ha invertido durante los últimos años unos 1.200 millones de euros para mejorar sus instalaciones. "Pero solos no podemos", y por ello reclamó que este esfuerzo se haga globalmente como sociedad.

Sobre el techo de plazas de alojamiento, Inma Benito recordó que desde los años 80 los hoteleros tienen un límite marcado por una moratoria, que obliga a que para conseguir una licencia de aumento, previamente se tienen que dar de baja plazas en el mercado. Y en relación al incremento de otro tipo de oferta, lamento que no se hagan controles en esta materia, frente a las 2.500 inspecciones que cada año se aplican sobre el sector hotelero.