- La primera pregunta es obligada: ¿es el fútbol de hoy en día puro negocio?

-Negar la vertiente negocio en el fútbol es negar una evidencia por lo que genera y por lo que supone para la gente, pero te diré que cuando tratas de entender lo que lleva a unos inversores a poner su dinero en un club de fútbol te das cuenta de que en sí mismo el tener un club de fútbol es un negocio deficitario.

-Y si es deficitario, ¿por qué invertir?

-La gente piensa que cuando tienes un club de fútbol ganas dinero, pero no es así. O empatas o pierdes. Cuando ganas partidos quieres ir al siguiente nivel, que requiere una inversión, por lo que te das cuenta de que en sí mismo no genera beneficios. Se trata de que el proyecto crezca. Es lo que vieron los dueños en los Phoenix Suns. Lo compraron hace 12 años por 400 millones y no han pagado ni un dividendo en este tiempo porque ni siquiera una franquicia de la NBA te da dinero. Lo que ha ocurrido es que lo que compraron por 400 millones hace doce años ahora vale 1.200 millones.

-Entiendo por lo que me dice que se trata entonces de una inversión a largo plazo.

-Correcto. Es una inversión a largo plazo que explica todas las medidas que estamos tomando como club para mantenernos con vida. De hecho se agradece mucho poder participar en eventos como BusinessDMallorca porque así podemos explicar a la gente el funcionamiento de un club, que va más allá de lo que pasa el domingo. La única forma de que un club sobreviva a largo plazo es que haya un plan de negocio detrás que no esté totalmente vinculado a la parte deportiva.

-¿Insinúa que es más importante el resultado económico que el deportivo?

-Una cosa va de la mano de la otra. A menudo la gente dice cosas porque no conoce cual es el fondo. Al final, si tú entiendes que de los once millones que el Mallorca tiene de presupuesto, seis son televisión, tres son marketing y tres son venta de entradas, y de los seis de televisión la mitad aproximadamente se cobra por igual entre todos los clubes, una parte depende de la parte deportiva, de cómo acabas en la liga, y la otra parte depende del arraigo social, te das cuenta de que realmente de los once millones que tienes, hay tres más uno más otros casi dos que no están vinculados directamente a temas deportivos. Eso es casi la mitad de tu presupuesto.

-¿Y cómo afectan los resultados deportivos a los económicos?

-Indudablemente influyen. Cuanto mejor va la cosa en el campo más fácil es hacer ciertas cosas. Pero también nos estamos dando cuenta de que a pesar de la situación deportiva hay indicadores que van igual o mejor que antes, cuando la situación deportiva era boyante. Eso nos lleva a pensar que los esfuerzos que estamos haciendo para mejorar el club están dando resultados, aunque no luzcan porque los domingos no acabamos de funcionar.

-Les están criticando mucho por su gran despliegue en redes sociales. ¿Son realmente tan importantes para ustedes?

-Cuando la gente nos recrimina que hacemos muchas cosas en Twitter no entienden que no buscamos seguidores por tener muchos, sino que realmente tiene un fin vinculado a fortalecer nuestra marca y luego poder decirle a un patrocinador que cuando marca un mensaje a través de nosotros está llegando a un gran número de personas. No se trata de tener solo seguidores, sino de fortalecer la marca y nuestra presencia en las redes.

-¿Y de qué forma afecta todo esto al funcionamiento del equipo en el campo?

-Ahora mismo hay una norma de fair play financiero que básicamente dice que puedes gastar no en base a lo que tienes en la cuenta bancaria, sino en base a lo que tú como club generas o recortas de gastos. Mi habilidad de fichar más y mejor depende de cómo lo hagamos como club. Yo tengo que demostrarle a La Liga lo que he generado en los últimos tres años y en base a esto se nos fija un tope para gastar en fichajes. Y para mejorar ese tope debo mejorar los ingresos. Y para mejorar los ingresos tengo que tener más patrocinadores, más gente que venga al estadio y evidentemente ganar partidos. Hay una parte en la que yo, como directivo, no puedo casi influir en gran parte del año, y es la parte deportiva. Donde sí puedo influir es en la gestión, y por ello debo hacerlo lo mejor posible.

-¿Significa esto que no pueden gastar en fichajes todo lo que quieran, aunque lo tengan en el banco?

-Exacto. Desde hace unos cinco años hay unos límites muy extrictos en cuanto a lo que se puede gastar cada equipo. Prácticamente estamos intervenidos. Muchas veces escuchas que te recriminan que no gastas más, pero es que no depende de nosotros. Gastamos en base a lo que nos dejan gastar, y por mucho que tengamos dueños con una solvencia económica importante, eso no significa que se pueda gastar más. Se trata de no volver a casos como los que se han visto en el pasado, de gente que tenía dinero y se comprometía a largo plazo pero al no poder cumplir desaparecían.

-¿Es más fácil gestionar una empresa deportiva o una tradicional?

-La deportiva. La empresa deportiva tiene que afrontar una serie de retos muy especiales. Aquí tenemos dos colectivos muy diferentes: el de la gente que está en las oficinas y otro colectivo que es el de la parte deportiva. Estos dos colectivos, con visiones de la vida diferentes y con estímulos diferentes, suponen un reto muy interesante.

-¿Cuál es el gran reto que tienen ante si los clubes de fútbol?

-El gran reto creo que es convertir los clubes de fútbol en empresas deportivas, y que se gestionen como una pyme normal. No se entiende que un club que gestiona un presupuesto de once millones se esté llevando como una cosa de ocio. Hay que tratar al club como si fuera una empresa.

-¿Y cómo se consigue eso?

-Definiendo muy bien unas áreas. Y nombrando un responsable de cada área, haciendo un plan de negocio de cada área, controlando los gastos y los ingresos. Hay que darle al club un tratamiento profesional.

-¿Qué diferencia hay entre la gestión del fútbol en España y en otros países como Gran Bretaña?

--Ellos están un paso por delante ya que saben que lo que ocurre el domingo en el campo debe complementarse con un trabajo serio y sostenible fuera del campo. En España siempre lo hemos basado todo en que hay que ganar partidos a cualquier precio y eso es lo que te lleva a la situación en la que estamos hoy en día. Pensar solo en ganar partidos te lleva a que tienes 25 millones de deuda y que estás a punto de desaparecer. Nuestra visión es que la parte deportiva es la más importante, pero hay que hacer las cosas no a cualquier precio, sino con un modelo sostenible. Hay que tener bandas salariales y hacer las cosas para evitar que hoy puedas tener éxitos pero que el día de mañana el club esté en riesgo de desaparecer. Eso en inglaterra lo han entendido.

-¿Cómo llegó de Nueva York al Mallorca?

-Fue curioso porque hace unos años le di mucho la lata a mis compañeros de Nueva York diciéndoles que en España las cosas estaban cambiando. La normativa del fair play financiero hacía que España fuera un entorno seguro para invertir ya que había seguridad económica y jurídica. En aquel momento además se estaba negociando el nuevo contrato de televisión que pasó de venta individual a la venta colectiva, por lo que la tarta era más grande y estaba mejor repartida. Les dije que era un buen momento para entrar en España. Entonces vinimos para acá, les presenté varios clubs y tras ver el funcinamiento les gustó lo que vieron. Cuando regresaron a EE UU, hablando con sus clientes, apareció la posibilidad de que Rober Sarver, que era un cliente del bufete, pudiera invertir en España. Él vino de nuestra mano a España, en un primer momento a por el Getafe, pero como yo era el abogado del club había un claro conflicto de intereses. No podía estar de un lado y del otro. Inicialmente fuimos de la mano pero llegó un momento en el que yo estaba en frente en la negociación. Al final él se fue por su lado y cuando decidió que quería invertir en el Mallorca me llamó para ofrecerme la posibilidad de dirigir el club.

-¿Qué importancia tiene el marketing en un club de fútbol del siglo XXI?

-Mucha importancia. Para nosotros son tres millones de nuestro presupuesto. Pero bien gestionado. La época en la que un patrocinador te ponía una vaya y ya está ha terminado. Ahora el patrocinador quiere tener un retorno tangible. Nuestra obsesión está siendo que si tú eres un partner nuestro, yo tengo que entender como club de qué forma te puedo ayudar. No se trata de presumir de lo buenos que somos en Mallorca, sino que yo como club, cómo puedo conseguir que tú consigas alcanzar tu objetivo como patrocinador. Es por ello que estamos siendo muy insistentes en activar patrocinios.