Alimentación

El precio del aceite de oliva cae un 9% en origen, aunque los consumidores tardarán unos meses en notarlo

La extraordinaria subida de 2023, de casi el 70%, no se verá, en su mayor parte, compensada por la lenta contracción de los precios

Envasado de aceite en la almazara de la cooperativa agraria de Cabacés (Priorat), en la denominación de origen del aceite virgen extra Siurana, el pasado diciembre.

Envasado de aceite en la almazara de la cooperativa agraria de Cabacés (Priorat), en la denominación de origen del aceite virgen extra Siurana, el pasado diciembre. / Jordi Otix

María Jesús Ibáñez

Despacio, casi céntimo a céntimo, pero sin pausa desde el pasado 8 de enero. El precio del aceite de oliva lleva unas semanas registrando bajadas en sus precios en origen, es decir, en los importes a los que la industria lo paga a los agricultores. Este descenso en el primer eslabón de la cadena alimentaria es un indicador claro de que, dentro de unos meses, esas mismas bajadas podrían llegar por fin a los consumidores. Eso sí, los descensos son todavía tímidos y difícilmente revertirán el incremento de casi el 70% que experimentó el aceite de oliva en los supermercados durante 2023. La subida del año pasado, asegura el sector, ha llegado para quedarse, aunque sí podría moderarse algo.

Desde principios de este año y hasta este martes, la última fecha en que se actualizaron las cotizaciones, el aceite virgen extra ha experimentado una reducción del 6,4% en la Llotja de Tortosa, uno de los mercados de referencia para este producto en España. El aceite de oliva virgen (sin el extra) se ha reducido en un 8% y, desde el 15 de enero, el refinado de oliva ha disminuido en un 16%. Finalmente, el de orujo de oliva, que alcanzó el máximo de este año el 12 de febrero, ha descendido desde entonces en un 4,5%. En conjunto, los precios de los aceites de oliva se han abaratado en un 8,7% desde principios de este 2024.

"Todo ha sido gracias a las lluvias", resume Francesc Minguell, director gerente de la Cambra de Comerç de Tortosa, el organismo del que depende la lonja de precios en origen de la capital del Baix Ebre. "El mercado del aceite, como el de otros productos agrarios, es un mercado que se basa en predicciones a futuro, eso significa que los precios se fijan en función de la cosecha que vaya a haber en los próximos meses", detalla Minguell. Con las lluvias de las últimas semanas, especialmente con las precipitaciones caídas en Andalucía, que es la principal productora de aceite de España (y de Europa), "la previsión es que la próxima campaña va a ser mucho más abundante que las dos anteriores", subraya el directivo de la Cambra de Tortosa.

Contratos a un año

Minguell señala una segunda causa para explicar lo que está ocurriendo. "Los precios estaban últimamente ya tan altos que apenas se cerraban operaciones, porque la industria y los distribuidores optaban por aceites alternativos antes que pagar los precios a los que había llegado el de oliva", cuenta. Y eso, añade, "que en Tortosa hemos estado aguantando las cotizaciones todo lo que hemos podido, para que los productores no resultaran tan afectados". La previsión de la lonja era que el aceite virgen extra llegase incluso, en algún momento, a los 11 euros el litro. Esta semana se quedado en 8,70 euros, después de haber alcanzado, el 8 de enero, los 9,30 euros, el máximo de este 2024.

¿Cuánto tardará en llegar esta bajada a los consumidores finales? "Es difícil de prever, porque la gran distribución suele fijar sus precios a un año vista, lo que implica que los precios que se están pagando ahora en las tiendas se establecieron a principios de esta campaña y durarán todavía unos meses", señala el director gerente de la Cambra de Tortosa. Con todo, es de prever que después del verano, cuando empiece una nueva cosecha de aceitunas, se vuelvan a revisar los precios, muy probablemente a la baja.

También el Observatorio de Precios y Mercados de la Junta de Andalucía, órgano encargado de marcar los precios del aceite de oliva, suma varias semanas de descensos. Allí, las lluvias han llegado en un momento casi providencial, justo cuando los árboles estaban saliendo de la parada invernal y reiniciando su período productivo. A partir de mayo, cuando el fruto del olivo empiece a consolidarse, se podrá tener una estimación más ajustada de lo que será la cosecha 2024-2025. Será entonces cuando se pueda determinar mejor cuál es el equilibrio entre la oferta y la demanda y precisar la estabilización de precios.

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