Programa de estabilidad

La presión fiscal subirá un punto, hasta al 39,7%, y seguirá al alza hasta 2026

El incremento de peso seguirá con el 40,1%, el 40,4% y el 40,6%, respectivamente, lo que atribuye al dinamismo económico no a subidas de impuestos generalizadas y a la lucha contra el fraude

María Jesús Montero.

María Jesús Montero.

Agustí Sala

Un punto más de presión fiscal. La proporción que los ingresos tributarios (impuestos y cotizaciones sociales) supondrán este año sobre el conjunto de la economía ascenderá al 39,7%, frente al 38,7% de 2022, según consta en la actualización del programa de estabilidad 2023-2026 remitido por el Gobierno a Bruselas. Y este incremento de peso seguirá, aunque en menor proporción entre 2024 y 2026, con el 40,1%, el 40,4% y el 40,6%, respectivamente, lo que atribuye al dinamismo económico no a subidas de impuestos generalizadas y a la lucha contra el fraude.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez explica en este documento, en el que se 'confiesa' ante las autoridades comunitarias, que este año la recaudación por tributos alcanzará los 359.080 millones de euros, lo que supone un alza del 8,8%, aunque una ralentización con respecto 11,4% del ejercicio pasado. Uno de los compromisos principales consiste en que ya en 2024 el déficit público se reducirá al 3% del PIB -un año antes de lo estimado en sus últimas proyecciones- y avanza que seguirá reduciéndose en los años siguientes, hasta bajar al 2,7% en 2025 y al 2,5% en 2026.

Esa meta, en caso de cumplirse, podría dejar fuera a España de la disciplina presupuestaria reforzada que está diseñando la Comisión Europea. La propuesta legislativa de Bruselas para unas nuevas reglas fiscales en la zona euro, suspendidas tras el estallido de la pandemia ha incorporado la exigencia especialmente de Alemania de que los países con un déficit por encima del 3% del PIB deberán asumir un ajuste mínimo anual equivalente al 0,5% del PIB. Está previsto que las nuevas reglas sean efectivas de cara a la preparación de los Presupuestos de 2025, que se debe abordar en 2024.

A pesar de que admite el impacto de la inflación en la mayor recaudación, el informe remitido a Bruselas también atribuye el mayor peso de los ingresos fiscales, además de a nuevas figuras tributarias (banca y energéticas) al dinamismo económico. En el documento se mantiene la previsión de un crecimiento del 2,1% este ejercicio. Los últimos datos del Instituto de Estadística sobre el crecimiento en el primer trimestre apuntan en esta dirección con un alza del producto interior bruto (PIB) del 0,5%, una décima más que en el cuarto de 2022 (que se revisó al alza, hasta el 0,4%), gracias al impulso de las exportaciones y a la inversión. Si se compara con el primer trimestre del año anterior, el Producto Interior Bruto (PIB) logró un avance interanual del 3,8%%, nueve décimas más que en el último periodo de 2022.

A juicio del Gobierno, la evolución de la recaudación "se explica por la dinámica evolución del PIB nominal, apoyado tanto en los factores reales como en la evolución de los precios, con un deflactor del PIB estimado en un 4%, que irá no obstante ralentizándose a lo largo de la senda hasta alcanzar valores ya inferiores al 2%". El documento resalta que el análisis de la evolución de los ingresos tributarios desde 2000 revela que estos aumentaron por encima del crecimiento de la economía incluso en periodos de inflación negativa y concluye que "aunque la inflación contribuye al alza de los ingresos tributarios, no es la evolución del IPC el principal factor que explica la evolución positiva o negativa de las magnitudes fiscales siendo mucho más determinante la evolución del PIB".

El secretario de Estado de Hacienda, Jesús Gascón, ya admitió en el Congreso que el año pasado la recaudación tributaria creció en el entorno del 15% en el conjunto de 2022, lo cual permitió a la Agencia Estatal de la Administración Tributaria (AEAT) obtener unos ingresos de unos 10.000 millones por encima de lo previsto por el Gobierno, a pesar de las rebajas fiscales energéticas acometidas a lo largo del año pasado.

En el documento se asegura que el aumento de los ingresos "sería aún mayor de no ser por las medidas tributarias introducidas para paliar la escalada de precios de la energía, que han tenido un efecto negativo sobre la recaudación prevista de los impuestos sobre la producción e Importaciones, ya que las mismas, salvo la rebaja en el IVA de los alimentos se mantendrán hasta el 31 de diciembre".

A su vez anticipa que los ingresos previstos para 2023 se verán impulsados positivamente por las medidas tributarias introducidas en ls Presupuestos del Estado para 2023, como el gravamen a las energéticas y a la banca, así como el impuesto para los patrimonios superiores a tres millones de euros. Los efectos de estos gravámenes, que se instauraron en principio con carácter temporal durante dos ejercicios, se prolongará a lo largo de 2024. También destaca los ingresos por lucha contra el fraude y la economía sumergida que se aflorará, que permitirán que los ingresos "aumenten los próximos años por encima de las previsiones de inflación".

El documento destaca a su vez que las cotizaciones sociales registrarán este año un crecimiento del 9%, con lo que supondrán el 13,9% del PIB, "debido al buen comportamiento del empleo ya observado en el primer trimestre de 2023, a la mejora, ya constatable, de las condiciones de contratación impulsada por la reforma laboral, y a la subida del salario mínimo interprofesional (SMI)".

En las cifras se incluye tanto para 2023 como para los ejercicios posteriores el efecto del MEI (mecanismo de equidad intergeneracional),del sistema de pensiones, cuyo impacto será progresivo a lo largo de los próximos ejercicios, así como el resto de medidas de la reciente reforma de las prestaciones "que permite asegurar la sostenibilidad" del sistema.

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