La recuperación "se ha iniciado" aunque no está claro cuándo empezará España a crear empleo. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró ayer que "todo apunta" a que el ritmo de dicha recuperación "se va a acelerar". En su intervención en una jornada organizada por la revista The Economist, Zapatero matizaba que no se sabe "con qué fuerza" ni "con qué progresión"" ha comenzado la recuperación, ni cuándo tendrá la economía "el vigor suficiente para crear empleo". Para acelerar el proceso, el presidente anunció una estrategia para el cambio de modelo económico nacional y destacaba la importancia del dialogo social, del que espera acuerdos en el primer trimestre 2010.
"España está a punto de registrar datos intertrimestrales positivos" en términos de PIB, recalcaba así el presidente, que aseguraba que, pese a ello, es preciso "seguir siendo cautos". Rodríguez Zapatero no quiso "polemizar" sobre las previsiones que apuntan a un crecimiento menos rápido de la economía española respecto a la media de la eurozona y se limitó a enumerar los motivos por los que el crecimiento potencial de la economía española "sigue siendo superior al de la zona euro".
Ventajas competitivas
Entre estas ventajas competitivas de España respecto al resto de la UE, el presidente citó el menor envejecimiento que sufrirá la población española en la próxima década en comparación con la media europea; su mayor porcentaje de licenciados; un capital productivo más moderno, fruto del esfuerzo inversor de las empresas españolas; la creciente internacionalización del tejido empresarial ; el salto dado por España en I+D+i, y el hecho de que las infraestructuras de transporte nacionales se encuentran "significativamente por encima de la media europea".
Aunque no quiso entrar en mucho detalle, Zapatero también avanzó algunas de los ámbitos en los que la Ley de Economía Sostenible (que se aprobará el viernes) articula reformas, nombrando entre ellos el sistema financiero y los organismos reguladores, la internacionalización de las empresas, la lucha contra la morosidad, la sostenibilidad presupuestaria de las administraciones públicas, la colaboración público-privada en el desarrollo y gestión de infraestructuras, el lanzamiento de empresas de servicios energéticos, y el fuerte impulso fiscal a la rehabilitación de viviendas y al alquiler y a la I+D+i en el ámbito privado.
El presidente destacó así que la Ley de Economía Sostenible contiene una "amplia" batería de cambios en la economía centrados en introducir mayor transparencia en el sector financiero, en favorecer el dinamismo empresarial y en desarrollar todos los sectores económicos vinculados a la lucha contra el cambio climático.
Flexibilidad laboral
El presidente también espera resultados del diálogo social. Cree que la crisis y la virulencia del paro español han creado un clima propicio para que empresas y sindicatos lleguen a un acuerdo. La actitud del Gobierno al respecto es igualmente distinta. Tras meses negándose a lanzar una reforma laboral que exigían empresarios y destacados economistas (incluido entre ellos el gobernador del Banco de España), la vicepresidenta económica, Elena Salgado, abrió ayer la puerta a medidas en esa dirección. Afirmó así que la lucha contra el paro y la necesidad de crear empleo pasa por introducir "elementos de flexibilidad", como reducciones de jornada o moderaciones salariales, en el ámbito de la negociación entre empresarios y sindicatos. Salgado argumentó que "el mercado laboral es extraordinariamente flexible, pero tiene una mala flexibilidad" debido a que se ajusta por la vía del despido, dejando a su vez claro que "no haría una recomendación generalizada de rebaja de salarios" en plena contracción de la demanda.
Salgado, además, indicó que la mano de obra perdida en la construcción deberá ser reasignada en otros sectores. "La negociación colectiva debe ser capaz de adaptarse a la situación y de contribuir a moderar los salarios, aunque ya se están moderando".
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