El secretario de Estado de Economía, David Vegara, apuntó ayer que la inflación podría situarse a finales de año en el 3,7 por ciento e incluso "algo más" aunque, matizó, "aún es pronto", porque la evolución del precio del petróleo hace que el contexto económico sea bastante volátil.

Tras comparecer ante la Comisión de Presupuestos del Congreso, Vegara recordó que, según el indicador adelantado que difunde el INE, el IPC Armonizado se colocó en septiembre pasado en el 3,7 por ciento (el dato definitivo se conocerá mañana) y admitió que esa tasa podría mantenerse o incluso superarse a finales de año.

Vegara dijo que el Gobierno "no está satisfecho" con los niveles alcanzados por el IPC, que atribuyó fundamentalmente a la subida del precio del crudo y, en consecuencia, de los productos energéticos que ha tenido lugar este año.

Según dijo, el Ejecutivo espera que la estabilización del precio del crudo en 50 dólares por barril potencie la reducción de la inflación el próximo año.

Vegara destacó la fortaleza de la economía española en relación con el resto de los países de la Unión Europea, que se ha situado 2,2 puntos por encima de la zona euro, tras crecer esta el 1,2 por ciento frente al 3,4 por ciento de España.

En este sentido, incidió en la fortaleza de la demanda agregada, debido a la recuperación en la inversión de bienes de equipo y otros productos por el esfuerzo de las empresas.

A ello, añadió, han contribuido el dinamismo de la demanda interna, el reducido coste del capital y la saneada situación de las empresas.

Asimismo, destacó los "significativos" avances de la inversión en construcción y que el consumo de los hogares se ha estabilizado, ya que en los tres últimos meses su crecimiento se ha situado por encima del cuatro por ciento.

Mejora del empleo

En cuanto al empleo, por un lado hizo hincapié en el descenso del número de parados que, por primera vez en los últimos 25 años, se ha situado por debajo del diez por ciento de la población activa, y por otro reseñó el incremento de afiliados a la seguridad social, que también creció, aún descontando los trabajadores inscritos tras el proceso de regularización.