La petrolera rusa Yukos advirtió ayer de que el embargo de sus activos y la probable venta de su mayor filial por evasión fiscal la obligarán a declararse en quiebra dentro de tres semanas si el Gobierno no la ayuda a superar la crisis.

Yukos, que extrae la quinta parte del crudo ruso y produce el 2 por ciento del mundial, declaró que sólo tiene dinero hasta mediados de agosto para afrontar los pagos de la deuda y costear su propia producción y el trasiego del petróleo.

En un comunicado, la compañía señaló que puede verse forzada a "declararse en bancarrota y a incumplir los contratos de exportación" de crudo.

"Una suspensión de la producción causaría una notable reducción de las exportaciones de petróleo, un agudo déficit de hidrocarburos en el mercado interno y un sensible descenso de los ingresos fiscales en el presupuesto de Rusia", alertó.

Directivos de Yukos explicaron que la compañía ha cursado al Gobierno once mensajes, sin recibir respuesta alguna, para pedir un aplazamiento de los pagos y que no se venda su mayor filial extractora, Yuganskneftegaz, a fin de evitar la quiebra. "Estamos convencidos de que la quiebra forzada de una de las compañías más grandes de Rusia no se corresponde con los intereses del país".