Alemania

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Los actuales campeones del mundo pondrán rumbo al Mundial Rusia como uno de los máximos favoritos al título, sino el principal. El objetivo del combinado bávaro no puede ser otro que revalidar el trofeo que lograron en 2014, algo que solo ha conseguido Italia (en los años 1934 y 1938) y Brasil (en 1958 y 1962).

El cuarto lugar obtenido en la pasada Eurocopa, en la que partían como grandes aspirantes junto a Francia pero no pudieron pasar de semifinales, supondrá una motivación extra para un conjunto que ha mostrado su mejor versión desde dicha eliminación.

El ya veterano Joachim Low, que llegó al banquillo en 2006 y recientemente ha renovado hasta 2022, no dudó en dar la alternativa al ‘equipo B’ de cara a la Copa Confederaciones del pasado verano, y el resultado no pudo ser más satisfactorio. Los Ter Stegen, Rudy, Goretzka o Werner, entre otros, se impusieron con solvencia en la competición intercontinental, demostrando que los bávaros disponen de un equipo muy bien compensado en todas sus líneas y con múltiples alternativas de cara a sorprender a sus rivales.

Esta buena dinámica en cuanto a juego y resultados también se hizo patente en la fase de clasificación para Rusia. Los alemanes lograron la victoria en los diez encuentros disputados y finalizaron como el equipo más goleador de Europa, con 43 dianas. Y es que, a la fortaleza defensiva que otorga la línea formada por Kimmich, Boateng, Hummels y Jonas Hector (teóricos titulares) hay que sumar el buen juego que despliega el centro del campo dirigido por Khedira y Kroos. Una sala de máquinas que nutrirá de balones a nombres experimentados como Özil y Müller, así como a jóvenes talentos de la talla de Draxler, Sané o un Werner que formará como hombre más adelantado.

Sin duda, un equipo con mucha calidad y que ha sido capaz de sustituir a jugadores tan importantes como Schweinsteiger o Götze, que tras marcar el gol que otorgó el Mundial a los alemanes no estará en Rusia, por jóvenes talentos que son ya una realidad.