Opinión

El triunfo de España en el Mundial femenino, una hazaña para aprovechar

Once inicial de la selección española que ha disputado la final del Mundial.

Once inicial de la selección española que ha disputado la final del Mundial. / Efe

Ricard Cabot

Ricard Cabot

El sensacional triunfo de la selección española femenina no debería caer en saco roto. Un título mundial no se consigue cada día y, si con la gesta obtenida este domingo, alguna de las muchas cabezas pensantes de la Federación Española no saca partido para impulsar de una vez por todas el buen fútbol practicado por las mujeres, no merecen todo lo bueno que les está pasando. El Barcelona es un oasis en el desierto del fútbol femenino español. El resto de clubes deben ponerse las pilas para conseguir una competición más atractiva y, sobre todo, disputada.

El Mallorca tiene una gran oportunidad de subirse a la gigantesca ola del fútbol femenino

Eso, los que cuentan con equipo, que no es el caso del Mallorca, que junto al Celta, Getafe y Las Palmas, es el único club que no dispone de un equipo femenino. El tirón de las flamantes campeonas Cata Coll y Mariona Caldentey, sin olvidarnos de la también azulgrana Patri Guijarro, que se ha negado a acudir con Vilda de seleccionador, debería animar al club más representativo de la isla a abrirse al pujante fútbol de las féminas, como ya hace el Atlético Baleares. 

La alegría, sin embargo, nunca puede ser completa. Horas después de la victoria sobre Inglaterra, se conoció el fallecimiento del padre de la goleadora Olga Carmona, a la que ocultaron la trágica noticia producida antes de la final. En lo que debía ser el día más feliz de su vida se convirtió en cuestión de horas en el más triste.