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Nadal se prepara para golpear la pelota, ayer en la final de Roland Garros.GONZALO FUENTES

OPINIÓN

Los mismos que Sampras solo en París

Cuando el estadounidense Pete Sampras conquistó en el US Open su decimocuarto título de Grand Slam en 2002, decidiendo después colgar la raqueta, dijeron que ese listón era inalcanzable para cualquier otro mortal. Tres dioses de la raqueta ya le han superado desde entonces. Siete años después el suizo Roger Federer fue el primero en adelantarle tras vencer en Wimbledon. Luego llegó el turno para Rafel Nadal en Roland Garros (2017) y el último fue el serbio Novak Djokovic en el Abierto de Australia (2019). 

Para comprender la magnitud de lo que el manacorí logró ayer a sus 36 años, nos sirve el símil con Sampras. Solamente en la arcilla parisina, Nadal tiene los mismos entorchados que el californiano en todo su palmarés e incluso le dobla en su torneo fetiche, siete títulos, en el cual convirtió la hierba del All England Lawn Tennis Club en su jardín. Y no hay que olvidar que el norteamericano, poco amigo de la tierra batida, jamás pudo ganar el abierto francés.

La perspectiva cronológica también genera vértigo. Hace justo veinte años, en 2002, Nadal era un jugador júnior de 16 años y apenas había jugado dos partidos ATP en el Mallorca Open y ya había ganado uno.

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